Maira Gómez, conocida como Cunhaporanga, durante la pandemia comenzó a publicar videos sobre las costumbres de su comunidad en el interior de la Amazonía. Un año después, la joven de 22 años ya es una estrella de TikTok que acumula más de seis millones de seguidores.
Debido a que sus videos se viralizarán y fueron compartidos por muchas personas, Cunhaporanga ha abierto las puertas de su aldea Tatuyo, a orillas del Río Negro, en el estado de Amazonas, a miles de personas interesadas por saber cómo viven los indígenas en esta zona del mundo, explorando también su cultura.
En los videos que publica la tiktoker aparece siempre con el rostro pintado y muy sonriente, muestra la manera en la que preparan los alimentos, fabrican artesanías, baila junto alguno de sus cinco hermanos o se bañan en el río.
Entre las grabaciones que más curiosidad generan se encuentran los platos exóticos que preparan, como uno de sus últimos videos, una cazuela de hormigas con más de 38.000 ‘me gusta’.
Incluso en sus videos ella aprovecha a enseñar palabras en diferentes lenguas indígenas y hasta deja a los usuarios que formulen sus preguntas: “¿Te atreves a comer algún insecto?” Y entonces, ella se come uno y deja a un lado la cabeza. “Son proteína y saben a coco”, menciona en el video.
Produce contenido casi a diario y que también es muy popular en Instagram, se ha convertido en todo un fenómeno fuera y dentro de Brasil e incluso es invitada a programas de televisión a los que acude junto a buena parte de su familia. Todos vestidos con sus atuendos tradicionales.
Un día la invitaron a un programa de televisión donde además de contar su historia, participó en un concurso. Venció y se llevó un premio de 60.000 reales (unos 11.000 dólares). El dinero irá destino a la construcción de pozo artesanal en su aldea.
Pero las redes sociales no solo han servido para conocer más de cerca las tradiciones de los pueblos originarios, los indígenas –unos 900.000 personas reunidas en 305 pueblos en todo Brasil– también las utilizan de manera muy activa para denunciar el asedio y la violencia que sufren a causa de la deforestación y de la minería ilegal.