Londres, capital de Reino Unido, una de las capitales más antiguas de Europa –casi 2 mil años de existencia–, se está descubriendo a sí misma en los últimos años gracias al transporte público.
Los trabajadores que llevan a cabo las obras han fungido, sin saberlo, de manera provisional, como arqueólogos. Una gran variedad de descubrimientos, que van desde huesos humanos hasta piezas muy antiguas de cerámica, son algunos de las varias miles de piezas que, conforme sean catalogadas, serán presentadas en un museo en la ciudad inglesa.
Además, se publicarán cinco tomos con las fotos de las excavaciones y los objetos descubiertos. Por ahora, esa será la única manera de apreciar los descubrimientos a detalle y en su totalidad.
Uno de los descubrimientos que fascinó a los verdaderos expertos en arqueología fue una pequeña “fábrica” para construir armas que datan de la era mesozoica. La pieza era usada para sacar filo a diversas piedras que después eran colocadas como puntas de lanza. Se cree que tiene 8 mil años de edad, aproximadamente.
Otro de los casos más llamativos fue el de un gran cementerio, donde se encontraron cientos de huesos humanos. Fue en donde ahora estará en la estación Elizabeth, en la popular calle de Liverpool, en el corazón de la urbe. En un principio se pensaba que las piezas eran del siglo XIV y fueron rigurosamente analizadas para descubrir el origen de las plagas de aquellas épocas.
En los restos, sin embargo, se encontró el ADN de la bacteria que causó la Gran Plaga de 1665, por lo cual los cuerpos encontrados en aquel lugar deben haber sido enterrados a mediados del siglo XVII.
Los encargados de realizar los estudios, investigadores del Museo de Arqueología de Londres, esperan que con esta nueva información puedan entender si la plaga fue más feroz debido a este tipo de cementerios masivos o si los londinenses de aquellos años fueron responsables al enterrar los cuerpos de sus seres queridos.
Los 120 nuevos kilómetros de vías y los 6 metros de ancho de los túneles serán usados por 200 millones de pasajeros al año, pero antes se tuvieron que remover 5 millones de toneladas de tierra y diferentes capas de vida humana que en estos días han salido a la luz gracias a los avances en la construcción. El costo, una de las grandes apuestas de la ciudad para renovar su cada vez más viejo transporte público, será de casi 20 mil millones de dólares.
El nuevo transporte subterráneo de Londres –mejor conocido como “tube”, tubo en inglés– estará listo para ser usado por el público entre 2019 y 2021. La ampliación de uno de los sistemas más eficientes del mundo lleva ya ocho años de los 11 que se esperan dure la construcción. Además, por supuesto, de las curiosidades que los excavadores se han encontrado en su camino.
Londres aprende su propia historia a través del metro.
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