El régimen filipino encabezado por el despiadado y polémico Rodrigo Duterte endureció considerablemente el combate contra el narcotráfico en el archipiélago asiático. El oficialismo legislativo acaba de aprobar un presupuesto, en forma de chiste para “atender” a la Comisión de Derechos Humanos. El próximo año, el órgano encargado de investigar los abusos de violación a los derechos fundamentales tendrá un gasto anual de tan sólo 20 dólares.
Dichas violaciones han aumentado categóricamente ya que el régimen reprime violentamente a las minorías sociales, que también son marginadas por el resto de la sociedad. Los drogadictos, la comunidad LGBTI y los vagabundos no valen nada para Duterte.
El resultado final de la designación para el presupuesto en el Senado filipino fue de 119 oficialistas contra únicamente 32 legisladores, miembros de la oposición, para asignar un monto total de mil pesos filipinos.
*Foto: Inquerer News.
La Comisión dijo estar más preocupada por el creciente índice de asesinatos y abusos de las autoridades fieles al régimen (policía y ejército), quienes sostienen la sangrienta guerra contra las drogas, que por el ridículo presupuesto designado por el Senado para el próximo año.
En defensa de las críticas con respecto al presupuesto, el vocero de la Cámara Legislativa, Pantaleón Álvarez, dijo que con base a la Constitución de 1987, la CDH no debería recibir ni un peso para su presupuesto, ya que cualquier institución ajena al Estado filipino que no cumpla con sus obligaciones no debería obtener nada de dinero.
Para desgracia de Álvarez y de los oficialistas del régimen, la CDH no puede ser abolida ni expulsada del país por el derecho internacional que obliga al Estado a coordinarse con la ella. De ser así, el régimen podría sufrir pérdidas económicas considerables a través de multas y sanciones internacionales.
A pesar de este contexto, el presupuesto definitivo podría ser modificado ya que tanto la Cámara baja como el Senado deben acordarlo; sólo falta conocer la postura de los legisladores opositores.
Álvarez y Duterte en el congreso filipino *Foto: newsflash
En caso de no ponerse de acuerdo el Senado y la Cámara, se deberá convocar a una conferencia bicameral para resolver las diferencias. Ante tal situación, Duterte, que ha enunciado frases como «feliz de masacrar a tres millones de drogadictos» o «la policía es libre de disparar a quien se oponga en su arresto»; señales de que la CDH tiene un panorama difícil e incierto en territorio filipino.