Una joven bailarina, esposada y ataviada en un tutú, bailó de puntillas en el histórico parque Yáuzskiye Vorota al ritmo de El lago de los cisnes del compositor y pianista ruso Tchaikovsky, para simbolizar las represiones de los derechos humanos en Rusia.
La presentación, escenificada por una integrante de Amnistía Internacional (AI), se hizo frente a un cartel con una cita del presidente ruso, Vladímir Putin, que rezaba: “Uno de los principios en la cooperación entre el Estado y la sociedad debe ser el apoyo al movimiento de los derechos humanos”.
Al espectáculo, puesto en la escena de la calle de cara a los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi, le siguió la entrega de una petición de AI dirigida al líder ruso y firmada por casi 400 mil personas por todo el mundo en la que la ONG le pide abolir las restrictivas leyes “que coartan las libertades en Rusia”.
AI escenificó el mismo espectáculo ante la embajada rusa en Londres para pedir a Putin que “acabe con la represión de los derechos humanos y de la libertad de expresión en Rusia”, e hizo hincapié asimismo en la persecución de los homosexuales que, dijo, está promoviendo el Gobierno ruso.
Precisamente por ello la ONG escogió El lago de los cisnes, una de las obras más famosas de Piotr Ilich Tchaikovsky (1840-1893), uno de los compositores rusos más importantes, y que “era gay”, según la organización humanitaria.
Con información de El Universal.