Hace dos días apareció en la isla de Sado, Japón, un “barco fantasma” repleto de cadáveres humanos, huesos con harapos deshilachados y viejos, como si se tratara de una película de terror. En realidad son embarcaciones que parecen de siglos atrás, hechas de madera y llenas de humedad, navegan vagamente olvidadas por el tiempo con tripulantes, desertores transformados en esqueletos a lo largo de las costas de Corea del Norte.
A tan sólo 700 kilómetros de la isla de Sado, cientos de personas intentan desertar del régimen norcoreano. Sin embargo, la mayoría no consigue lograr escapar de una vida de carencias y miserias.
Al menos 40 barcos abandonados han sido encontrados en costas japonesas en 2017. (Foto: Reuters)
Investigadores y peritos de la Guardia Costera de Japón comienzan a acostumbrarse a la macabra escena en las costas occidentales.
«El olor putrefacto proveniente de las cabinas de las embarcaciones, lo que predice qué es lo que hallaremos en su interior», dijo un guardia costero nipón al NHK. Para aclarar los detalles de los cadáveres, los peritos deben encontrar pistas, «Por el tipo de salvavidas y el paquete de cigarros, no hay duda que se trata de norcoreanos», explicó el guardia naval.
Sin embargo, en la mayoría de los casos se desconoce cuánto tiempo han estado a la deriva y sin rumbo dichas embarcaciones.
Según la armada japonesa, en lo que va de 2017 casi 40 barcos han sido encontrados con cadáveres en su interior, mientras que el 2016 fue el año récord, con 66, todos de origen norcoreano. Los navegantes japoneses saben muy bien que a partir de noviembre el mar en bravo y casi imposible de navegar en él. Pero la desesperación de muchos norcoreanos puede más que cualquier fenómeno natural.
Peritos japoneses revisan el interior de los barcos. (Foto: Reuters)
«Fue una escena muy fantasmagórica. Me sorprendió ver el barco en tan malas condiciones», dijo una mujer de 68 años al diario japonés, Kyodo News después de alertar a las autoridades de la macabra embarcación.
Sobrevivientes desertores
Los únicos dos casos de marineros sobrevivientes se dieron hace una semana cuando ocho norcoreanos encallaron en las costas del sur de Sado en una endeble embarcación de madera. Los 8 tripulantes fueron vistos merodeando en el puerto de Yurihonjo en muy malas condiciones hasta que fueron localizados por la policía de la prefectura de Akita.
El otro caso fue a principios de noviembre, cuando la Guardia Costera rescató a tres pescadores norcoreanos en un buque sin combustible, sin comida y con grietas en el casco compartiendo la cabina de la embarcación con otros siete cadáveres.
En ocasiones las embarcaciones norcoreanas llevan sobrevivientes. (Foto: AFP)
Según Kyodo News, desde la masiva hambruna en la década de los noventa donde unos 30 mil norcoreanos huyeron, comenzó la deserción masiva de personas vía marítima por lo que las costas al norte de la península se volvieron un cementerio flotante.
Hasta ahora, es desconocida la cantidad de personas y barcos que se encuentran flotando a la deriva y sin rumbo repletos de esqueletos desertores. El único escape real de los norcoreanos hacia la libertad es al sur o al este ya que al norte y oeste están las fronteras de Rusia y China, aliados comerciales y militares del régimen.
La clara muestra de las pésimas condiciones de vida de los norcoreanos se vio la semana pasada cuando un soldado norcoreano huyó corriendo al otro lado de la frontera develando el pésimo estado de salud propio y de miles de norcoreanos bajo el régimen comunista de los Kim.
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