Nuestra amada Khaleesi era dura y poderosa a la vez que justa (… al principio). Fuera de Westeros, Emilia Clarke, que dio vida a la icónica, y al final desquiciada, Reina de los Siete Reinos, estaba pasando por su propio y extenuante viaje. Mientras promocionaba su nuevo proyecto The Seagull, una obra de Anton Chéjov, y su debut en el West End londinense, Clarke se sinceró sobre cómo fue para ella experimentar dos aneurismas que pusieron en peligro su vida mientras interpretaba al icónico personaje de Game of Thrones.
Según la actriz, experimentó “el dolor más insoportable”. El primer aneurisma ocurrió en 2011, justo después de terminar el rodaje de la primera temporada de la serie. El segundo ocurrió en 2013 y, según Clarke, “fue increíblemente útil que ‘Game of Thrones’ me impulsara y me diera ese propósito.”
¿Qué es un aneurisma?
En términos sencillos, un aneurisma es un bulto en un vaso sanguíneo que puede ser causado por la debilidad de la pared del vaso. Así, como la sangre sigue pasando por esa pared debilitada, la presión provoca un abultamiento dentro del vaso sanguíneo. Los aneurismas más comunes se producen en las arterias cercanas al corazón y al cerebro.
Cuando se trata de aneurismas cerebrales, el nombre oficial es aneurisma intracraneal o cerebral. En la mayoría de los casos, los síntomas aparecen justo después de que el bulto estalle o se rompa, siendo una situación extremadamente peligrosa para el paciente. Una vez que esto ocurre, la afección se conoce como hemorragia subaracnoidea.
Entre los síntomas de los aneurismas que la mayoría de la gente experimenta están el dolor de cabeza insoportable, la rigidez de cuello, las náuseas, los vómitos y el dolor en los ojos en contacto con la luz.
¿Cómo experimentó Emilia Clarke los dos aneurismas?
Otra cosa importante que hay que tener en cuenta sobre los aneurismas cerebrales es que, en muchos casos, una vez que el bulto se rompe puede causar daños cerebrales en la región. Según Emilia Clark, es impresionante cómo ha podido llevar una vida normal teniendo en cuenta “la cantidad de mi cerebro que ya no es utilizable”. Añadió que “es notable que sea capaz de hablar, a veces articuladamente, y de vivir mi vida con total normalidad sin ninguna repercusión”.
La actriz de 35 años dio un poco de contexto a lo que le ocurrió a su cerebro. En sus palabras, “en cuanto cualquier parte de tu cerebro no recibe sangre durante un segundo, desaparece. Así que la sangre encuentra una ruta diferente para desplazarse, pero entonces el trozo que falta desaparece”. Su primer aneurisma en 2011, le causó un derrame cerebral y una hemorragia subaracnoidea como se ha mencionado. Tuvo que ser llevada al quirófano, y todo el proceso le provocó una condición “llamada afasia, consecuencia del traumatismo que había sufrido mi cerebro.” Esta, por cierto, es la misma condición que se le ha diagnosticado recientemente a Bruce Willis.
No poder recordar su propio nombre, entre otras cosas, fue un gran reto para Clarke, que incluso se planteó buscar ayuda para acabar con su vida. Como ella misma recuerda, “en mis peores momentos, quise que me desconectaran. Pedí al personal médico que me dejara morir. Mi trabajo, todo mi sueño de lo que sería mi vida, se centraba en el lenguaje, en la comunicación. Sin eso, estaba perdida”.
La afasia fue sólo temporal en el caso de Clarke, aunque dos años más tarde tuvo que someterse a otra operación tras descubrir que tenía otro aneurisma a punto de estallar. Esta vez, como se detectó a tiempo, sólo tuvo que soportar las traumáticas complicaciones médicas de la operación, pero pudo recuperarse más rápidamente y volver a trabajar.
Tener dos episodios médicos que pongan en peligro la vida puede ser fatal para la mayoría de la gente, así que Clarke es muy consciente de la suerte que ha tenido. Añadió que está “en la muy, muy, muy pequeña minoría de personas que pueden sobrevivir a eso”. Consciente de esa suerte, decidió fundar su organización benéfica SameYou para recaudar fondos para las personas que sufren lesiones cerebrales y accidentes cerebrovasculares.
También ha hablado de cómo esos momentos de miedo le han dado una nueva perspectiva de vida y de los estándares de belleza:
“Los momentos felices y ser feliz es lo que vas a ver en tu lecho de muerte. No vas a recordar los momentos en los que te tomaste esa selfie tan bonita.”
Historia originalmente publicada en inglés en Cultura Colectiva +.