Todo comenzó cuando Kyle Sherwood, padre de Mike y director por tercera generación de una casa funeraria, reflexionaba junto con su hijo sobre cómo les gustaría ser recordados después de morir.Muchas ideas surgieron. Pero no fue hasta que se dieron cuenta de la importancia que tienen los tatuajes que identifican a cada uno de sus usuarios, por lo que decidieron expandir su negocio y comenzaron a ofrecer el servicio de conservación de tatuajes de los muertos.
“Yo tengo varios tatuajes al igual que mi padre y ambos pensamos que si nuestros tatuajes tienen tanto valor para nosotros, tal vez, también lo tendrían para nuestros familiares; y en caso de que pasara lo peor, probablemente quisieran conservarlos”, comenta Mike Sherwood.
Para aquellas personas que invierten miles de pesos en arte corporal, decirle adiós a los diseños que portan sus seres queridos cuando mueren puede ser tan difícil como despedirse de un Picasso, comenta el dueño del negocio.“Nosotros pensamos que a muchas personas allá afuera les gustaría tener un pedazo de arte que usaba la persona que perdieron para recordarlos y adornar sus hogares o lo que deseen”, dice Kyle Sherwood.Para poder llevar a cabo su idea, Mike, su padre, un cirujano plástico, otro miembro de la funeraria encargado de embalsamar los cuerpos y un abogado se dedicaron durante dos años a realizar todos los papeleos legales y a entrenar para lograr conservar los tatuajes de las personas fallecidas.A principios de 2016, el equipo de Kyle Sherwood hizo pública la empresa que ahora se conoce como “Save My Ink Forever” (Salva mi tatuaje para siempre). Sin embargo, durante la presentación fueron renuentes en confesar el método que utilizan para extraer el tatuaje.“No podemos confesar nuestra “fórmula secreta”, pero les vamos a pedir que no nos lleven a su muerto hasta que hayan pasado por lo menos 48 horas del fallecimiento, dice Kyle con una pequeña risa.
El costo del servicio depende del tamaño del tatuaje. En promedio lo que las familias se gastan ronda los mil dólares, considerando los costos de envío, y el proceso tarda aproximadamente dos meses, tras los cuales, recibes el tatuaje de la persona que falleció preservado y enmarcado entre dos piezas de vidrio a prueba de rayos UV.
Con apenas dos años en el negocio, los trabajadores de “Save my Ink Forever”, han recibido cientos de pedidos, al grado que ya están considerando en expandir sus servicios a otros países aparte de Estados Unidos.Sherwood está consciente que la idea de cortar y preservar un tatuaje que portaba una persona no es para todos, sin embargo, en algunos casos en los que el cuerpo no puede ser conservado o las condiciones no permiten rescatar el cadáver, conservar un pedazo de la persona que tanto significó para ella puede ayudar a muchas personas a superar una tragedia.“El más claro ejemplo de esto son los familiares de los militares que pelean nuestras guerras y no siempre regresan a casa o lo hacen en el estado que desearíamos regresaran”.
“Nosotros ofrecemos un servicio que consideramos ayuda a dar cierre, a consolar a los tristes y a recordar a las personas que queremos”, comentó Sherwood.
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