Diez habitaciones, tres cocinas y una bóveda para almacenar alimento suficiente para permanecer ahí por meses. Un lugar subterráneo al cual puedes acceder por unas escaleras que conectan tu casa con ese espacio en el cual te sientes seguro y alejado de conflictos bélicos y sociales, hasta que la “normalidad” regrese. Como en los tiempos de la Guerra Fría, cuando la amenaza de un cataclismo nuclear se presentaba en la vida diaria, los estadounidenses buscan mejores formas de protegerse ante la incertidumbre del mundo que los rodea. Se trata de “La Fortaleza”, el producto más lujoso de la empresa estadounidense Risin S, la cual se dedica a la construcción y a la venta de búnkeres privados cuyos clientes por lo general son personas de economía holgada.Desde el 8 de noviembre de 2016, los pedidos de búnkeres lujosos aumentaron en 700 por ciento, según las palabras Gary Lynch, gerente de la empresa basada en Murchison, Texas, quien ofreció una entrevista para el diario local Star Telegram.
¿La razón? Esa misma que tiene al mundo en suspenso debido a que su efecto es aún más fuerte e impredecible que los esperados tiene nombre y apellido: Donald Trump, el presidente de la nación más poderosa del mundo.
Muchos de los opositores de Trump temen que todas las decisiones polémicas que está tomando desde que llegó a la Casa Blanca provoquen desórdenes sociales difíciles de controlar. Este miedo se suma también al de un conflicto bélico provocado por la tensa relación que el presidente norteamericano ha tenido con mandatarios y líderes mundiales.Ellos, los que no creen que Trump esté haciendo lo mejor para los Estados Unidos, se están preparando para poder escapar de la realidad y no ser parte de incidentes y eventualidades, por eso es que el negocio de la construcción y venta de búnkeres está en auge.
No todos son tan lujosos como “La Fortaleza”, la cual puede llegar a costar más de un millón de dólares, pero incluso la versión más económica de un refugio subterráneo resulta ser costosa, pues el modelo más barato de un búnker tiene un costo de 39 mil dólares, sin embargo, nada es demasiado costoso para asegurar el bienestar y la sobrevivencia de las familias. Menos cuando el país de las barras y estrellas y el mundo en general atraviesa por momentos tan turbulentos y agitados.La ansiedad de los norteamericanos de ideas opuestas a las de Donald Trump se ha manifestado de varias maneras; desde protestas multitudinarias en las calles, hasta colapsar la página web de las autoridades migratorias de Canadá, debido a la avalancha de personas interesadas por conocer los requisitos para mudarse a ese país.
Pero no sólo son las personas de la sociedad civil las que han mostrado su preocupación; también ha trascendido que varios magnates de la tecnología que actualmente tienen sus imperios en Estados Unidos ya buscan un nuevo lugar de residencia, como Nueva Zelanda, para poderse refugiar de un gobierno con el cual tienen diferencias ideológicas profundas.
La construcción de búnkeres no es algo nuevo para los ciudadanos estadounidenses, de hecho podría considerarse una “tradición” que surgió durante la Guerra Fría, ya que en esa época la amenaza de un ataque nuclear por parte de los soviéticos era constante.
En la década de los 50 y los 60, millones de estadounidenses se acostumbraron a tener simulacros de alarmas nucleares, en donde la radio y la televisión instruía a las personas a refugiarse junto a sus familiares.Cuando la guerra terminó, nuevos miedos siguieron surgiendo; desde desórdenes civiles por personas opositoras al gobierno, hasta guerras e incluso posibles días apocalípticos y el fin del mundo.
Ahora, en el 2017, el miedo de los estadounidenses que los orilló a comprar fortalezas para protegerse de incidentes se llama Donald Trump y es su presidente.
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