El animal más alto de todas las especies terrestres que habitan la tierra podría dejar de existir en poco tiempo.
La jirafa, considerada por algunas culturas como un símbolo de elegancia y grandeza, se encuentra en graves problemas. El más grande de todos, probablemente, es la indiferencia del mundo conservacionista.
Desde mediados de la década de los 80 del siglo pasado hasta 2016, la población de jirafas del mundo, una de las especies esenciales de cualquier zoológico y documental sobre la sabana africana, se desplomó un 40 por ciento.
La Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN por sus siglas en inglés), una de las organizaciones conservacionistas más respetadas del mundo, catalogó al animal de cuello largo como una especie “vulnerable”.
La IUCN calificó como “dramática” la disminución de ejemplares de jirafas en el mundo. De las más de 151 mil jirafas que sobrevivían en 1985, apenas 97 mil 500 se cuentan hasta 2015.
Las razones son las mismas que los de cualquier especie en peligro de extinción. El crecimiento de comunidades que invaden sus hábitats, así como la cacería ilegal y la minería, acabaron minando a una especie que no suele figurar entre las más exóticas ni las más llamativas, pero que podrían ocasionar un desequilibrio fundamental en la cadena alimenticia y en otros aspectos.
La jirafa es víctima también de sus circunstancias. La mayoría –de las especies salvajes– viven en zonas de guerra: Kenia, Etiopía, Sudán del Sur, Etiopía, son lugares donde una jirafa es una gran recompensa para un grupo de personas que necesita alimentarse.
Sólo en Sudáfrica la conservación de las especies es segura y las jirafas que ahí habitan no corren peligro. Pero es una excepción entre varios casos desalentadores alrededor del mundo.
“Lo más común es ver este tipo de animales en zoológicos, safaris y áreas protegidas, pero eso no quiere decir que estén a salvo”, declaró Julián Fennessy, el comisionado especial de la IUCN para la Supervivencia de las jirafas, a Antena 3 de España. “Estamos experimentando una extinción silenciosa de un majestuoso animal”.
La anterior clasificación de la IUCN para la jirafa era “de menor preocupación”, lo cual indica que incluso a las organizaciones conservacionistas el peligro que corren las jirafas las tomó por sorpresa.
El anuncio, que no fue sorpresivo para quien está relacionado con la crisis de las jirafas pero sí para el público en general, fue dado a conocer en las playas de Cancún, en el marco de la decimotercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP13), donde los países integrantes de la ONU envían a sus ministros y expertos medioambientales a debatir y proponer políticas para proteger al medio ambiente.
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