En alguna ocasión el colombiano, ganador del Premio Nobel de Literatura (1982) e inmortalizado en vida por su novela Cien años de soledad, dijo que escribía porque quería que lo quisieran, pero contradiciéndose, en 1973, durante una entrevista sobre su trabajo literario, Gabriel García Márquez dijo que nunca hablaba de literatura porque no sabe lo que es, y además, está convencido de que el mundo sería igual sin ella. En cambio, dijo que sería completamente distinto si no existiera la policía. Pensó, por tanto, que habría sido más útil a la humanidad si en vez de escritor hubiera sido terrorista, pero seguro esa profesión no lo hubiera colocado en el lugar en el que se encuentra, pues fue gracias a sus letras que se ganó el corazón no sólo de hispanohablantes.
Un retrato de Gabriel García Márquez a la entrada del Palacio de Bellas Artes recibirá hoy a los lectores, amigos y colegas quienes despedirán al autor colombiano, fallecido el jueves pasado, entre flores amarillas y el ritmo de vallenato, género musical autóctono del caribe colombiano.
De las 16:00 a las 19:00 horas, la urna con las cenizas del Premio Nobel de Literatura 1982 permanecerá en el centro del vestíbulo del palacio de mármol donde la gente podrá dejar algún mensaje. A las siete de la tarde se realizará el acto oficial a cargo de Enrique Peña Nieto, presidente de México, y Juan Manuel Santos, primer mandatario de Colombia.
Luego de visitar ayer a la familia García Barcha, Rafael Tovar y de Teresa, presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, dio algunos detalles sobre el homenaje póstumo al creador del realismo mágico: “Las cenizas saldrán mañana (hoy) de la casa de Gabo en torno a las 15:00 horas para que puedan llegar a las cuatro de la tarde a Bellas Artes donde lo recibiremos y estará ahí la urna hasta las siete de la noche. Los presidentes llegarán a partir de las siete de la noche”, detalló.
Serán tres horas durante las que el público general podrá despedirse del autor de Vivir para contarla; no se tiene prevista la participación de otros escritores o la lectura de algún texto inédito, pero sí se reproducirá una selección de música que hizo la misma familia de acuerdo a los gustos del escritor.
La caravana que saldrá de la calle Fuego, en Pedregal de San Ángel, estará encabezada por Mercedes Barcha, esposa de Gabo –como amigos cercanos llamaban al autor colombiano– junto con sus hijos Rodrigo y Gonzálo, sus nietos, hermanos, cuñados y consuegros, y serán recibidos en Bellas Artes por María Cristina García Cepeda, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes, y el presidente del Conaculta.
García Cepeda agregó que los compases del húngaro Béla Bartók se unirán a los ritmos del vallenato como homenaje al autor quien llegó a la Ciudad de México en 1961 y desde entonces adoptó al país como su segunda patria.
Se espera que mañana mismo el gobierno colombiano realice su propio homenaje a García Márquez en la Catedral Primada de Bogotá, en un acto encabezado por el presidente Santos.
Sobre el destino de las cenizas de Gabo ninguno de los dos funcionarios dio detalles, al indicar que es decisión de la familia y que se respetará cualquier disposición. Durante el fin de semana, el embajador de Colombia en México, José Gabriel Ortiz, comentó que las cenizas podrían repartirse entre los dos países, pero más tarde señaló que la última palabra es de la familia.
Tras la muerte de Gabo, a los 87 años de edad, también queda pendiente la publicación de En agosto nos vemos, que de acuerdo con Cristóbal Pera, editor del sello Random House Mondadori, era la novela en que estaba trabajando el escritor. Además, se anunció que Gerald Martin prepara la segunda biografía de García Márquez.
“Estoy preparando otra biografía de Gabo. En la actual sólo usé un tres por ciento de la información que recopilé, le debo al mundo todo eso”, dijo Martin al diario colombiano El Tiempo.