En 1886, los habitantes de la Isla Norte, Nueva Zelanda, pensaron que habían presenciado la destrucción de una maravilla natural tras la erupción de un volcán, un paisaje de terrazas blancas y rosas: el Lago Rotomahana. Hoy, 131 años después, los investigadores hablan de un redescubrimiento.
De acuerdo con un estudio reciente —publicado este mes en el Journal Of the Royal Society of New Zealand—la octava maravilla natural del mundo, que durante tantos años llamó la atención internacional, era un paisaje de terrazas con albercas “dramáticas” que formaban cascadas y que descendían hasta las aguas templadas del lago, la cual desapareció durante la erupción del Monte Tarawera a finales de 1880.
Los investigadores detrás del estudio señalan que es muy probable que hayan logrado señalar en un mapa la localización precisa de las terrazas, que yacen completamente preservadas a una profundidad de entre 10 a 15 metros, debajo de capas de lodo y cenizas. Sin embargo, se necesitaría de un gran equipo arqueológico para desenterrar el tesoro natural.
Para el diario The Guardian, uno de los investigadores, Rex Bunn, aseguró que las terrazas eran la atracción turística más importante del hemisferio sur y del imperio británico: “miles de turistas hacían el recorrido peligroso desde Reino Unido, Europa y América para verlas” explica. El problema es que jamás se registró su latitud ni su longitud precisa.
Al principio se pensaba que las terrazas habían sido destrozadas o que se habían hundido en el lago, pero tras revisar a detalle los diarios de campo del geólogo alemán Ferdinand von Hochstetter, que incluían descripciones detalladas de las mismas antes de la erupción, les permitió dar con su localización geográfica.
Desde el día de la publicación del estudio, Bunn y su equipo han recibido ofertas casi diariamente para que lleven a cabo una investigación más exhaustiva y conformar un equipo que empiece con la exploración de la zona. Sin embargo, primero están intentando “colocar el tema en el debate público”, para lo cual han contactado a los “dueños ancestrales de las tierras”, quienes se han mostrado positivos y dispuestos a ayudar.
The Guardian explica que el equipo de científicos considera que las terrazas pueden estar en “condiciones razonables”, con daños mínimos y que podrían ser restauradas “a su forma gloriosa” tras las excavaciones pertinentes. Asimismo, esta no es la primera vez que un equipo de investigadores piensa que ha redescubierto las terrazas del Lago Rotomahana, por lo que tendrían que hacer una exploración mucho más ardua que las anteriores.
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