El 26 de julio de 1894, en Godalming, Surrey, Inglaterra, nació uno de los autores representantes del pensamiento moderno, Aldous Leonard Huxley, quien a través de sus novelas y ensayos ejerció como crítico de los roles, convenciones, normas e ideales sociales.
Además de la crítica social que plasmó en letras, a Huxley se le considera como uno de los iniciadores de la psicodelia por sus meditaciones en torno a las experiencias con mescalina y LSD. Huxley fue el portavoz de la clase intelectual de la primera mitad del siglo XX; siguió paso a paso a sus contemporáneos, quienes reflexionaban desde el escepticismo de la posguerra, hasta la angustia de un mundo envuelto en nuevas técnicas de las guerras de años posteriores.
Aldous Huxley fue miembro de una reconocida familia de intelectuales; su abuelo, Thomas Henry Huxley, biólogo prodarwinista, acuñó el término agnóstico. De su trabajo científico se reconoce la ilustración de la línea de evolución humana. Su madre fue una de las primeras mujeres en estudiar en Oxford, su hermano, Julian Sorell Huxley, fue el primer presidente de la UNESCO y Andrew Huxley, fisiólogo y biofísico, ganó el Premio Nobel de Medicina por sus investigaciones sobre la base de los potenciales de acción de los nervios, los impulsos eléctricos que habilitan la actividad de un organismo de ser coordinada por un sistema nervioso central.
Proveniente de una familia que siempre gozó de buena reputación en el campo científico y literario, aquí dejamos algunos datos que, quizá, no conocías de Aldous Huxley, uno de los escritores más famosos del siglo XX:
Cuando tenía 16 años sufrió una enfermedad ocular conocida como queratitis punctata, la cual disminuyó su capacidad de visión y lo dejó ciego durante 18 meses. Durante este tiempo Huxley aprendió a tocar el piano y a leer el sistema Braille. Aún así, cuando recuperó la vista, uno de los ojos quedó prácticamente inservible a la hora de detectar la luz. Mucho tiempo después asistió a una terapia médica para devolverle la vista, anécdota de la cual acabó creando un libro titulado El arte de ver.
Durante un tiempo, Huxley intentó incursionar en el mundo del cine y Hollywood. Se puso en contacto con la Metro-Goldwyn-Mayer y fue contratado para hacer algunos trabajos como escritor en la elaboración de guiones. Sin embargo, su experiencia con el cine no fue demasiado buena. La forma de escribir de Huxley, más compleja e intelectual, no era la adecuada para el cine que demandaban los magnates de Hollywood. Huxley, al ver que no iba demasiado bien con este nuevo proyecto, enseguida volvió a su literatura. Cuentan que cuando debía de asistir a una serie de reuniones para crear el guión de Alicia en el País de las Maravillas, Aldous sólo asistió a la primera y nunca volvió a las otras cuatro.
Se interesó por la espiritualidad y la filosofía hindú: empieza a leer literatura mística de la India, se junta con escritores y filósofos de esa corriente y comienza a meditar en solitario.
De Huxley se ha dicho que fue un escritor con influencias psicodélicas. Si bien es cierto que experimentó con diversas drogas como la mescalina, el LSD y la psilocibina, según él, sólo lo hacía por interés científico. Algunos libros biográficos del autor cuentan que estas prácticas las hacía bajo la supervisión de algún experto. Cuentan que cuando leyó un estudio sobre el uso de la mescalina en el tratamiento de la esquizofrenia, Huxley llamó al autor del artículo y le dijo que fuera a su casa porque quería poner a prueba lo que se mencionaba en el estudio, tomando la mescalina por sí mismo.
Una de las grandes pasiones de Huxley era viajar. A lo largo de su vida fue a Túnez, Singapur, Birmania, Malasia, Filipinas, China, Japón, Estados Unidos, el Caribe, Guatemala, Honduras, México, Egipto, Palestina… Además, con un Citroën recorrió casi toda Europa.
Después de la muerte de su primera esposa, Huxley pasó dos meses en completa soledad, reflexionando y asimilando la muerte. Sin embargo, cuando se recuperó, volvió a la actividad de forma mucho más activa que antes: se volvió a casar con una violinista y psicoterapeuta llamada Laura Archera y juntos se trasladan a Hollywood.
Huxley murió el 22 de noviembre de 1963, a los 69 años, el mismo día que asesinaron a John F. Kennedy. Durante su funeral se leyó El libro tibetano de los muertos, para después incinerar su cuerpo. Se cuenta que cuando estaba en el lecho de muerte y casi sin poder hablar o hacer movimientos, Huxley le pidió a su esposa que le inyectara 100 microgramos de LSD. Esta petición se la escribió en un pequeño papel.