El INEGI oculta datos de la pobreza, al cambiar su metodología para medirla. Con esto se inhabilitó al CONEVAL para saber si ésta aumentó o bajó.
Cada año, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), con base en la información recopilada por el INEGI para la creación del Módulo de Condiciones Socioeconómicas (MCS), el cual mide el ingreso de las familias mexicanas —qué tanto dinero ganan—, determina la pobreza a nivel nacional y estatal.
El objetivo de la captación y difusión de datos es poder comparar año con año cómo ha avanzado el país, las mejoras y fallas que se han tenido de manera estadística y, a partir de las cifras recopiladas, realizar las mejoras necesarias en las políticas públicas.
¿QUÉ PASÓ ESTE AÑO CON LAS CIFRAS?
EL INEGI publicó en el MCS 2015 una acotación que decía: “Los datos no son comparables”. La nota se debe a que la institución decidió cambiar la metodología con la que se levanta la información, provocando que las nuevas cifras no se puedan comparar con las de años anteriores, inhabilitando la capacidad del CONEVAL para determinar si los niveles de pobreza aumentaron o disminuyeron. De acuerdo con el INEGI, los cambios se realizaron con la finalidad de mejorar los ingresos que se registran.
Esto generó que las cifras mostraran un resultado más positivo (algo imposible si no se hubiera modificado la metodología) del que se hubiera obtenido si la comparación se hubiera podido realizar con los datos del año pasado (cifras del 2014).
CIFRAS NUEVAS, CIFRAS VIEJAS
Los números, al utilizar la nueva metodología, muestran un aumento en el ingreso de la gente pobre del 33.6 % y dicen que el poder adquisitivo en México aumentó a 1 billón 524 mil 262 millones de pesos. La dependencia informó que el 13.1 % corresponde a las áreas rurales y el 86.9 % a las urbanas.
Aún con los datos maquillados, las condiciones de vida de la gente no cambian, se puede apreciar que el 10 % de la población más rica en México tiene ingresos 20 veces mayores a los que tiene el 10 % más pobre, develando la desigualdad que divide al país.
Los datos dados a conocer el año pasado apuntaron que entre 2012 y 2014 (antes de las modificaciones), el porcentaje de la población pobre creció de 45.5 a 46.2 %. Lo que quiere decir que dos millones de personas pasaron a ser pobres.
Los datos anteriores también indican que el ingreso de las familias ha bajado desde el 2008 y éste no se ha recuperado, lo que hace que la pobreza general suba. En el 2014, una de cada 5 personas percibió un ingreso tan bajo que aún de haberlo destinado por completo a la alimentación, no les hubiera permitido adquirir la canasta básica alimentaria, donde el número de mexicanos con hambre pasó de 27.4 millones a 28 millones. También se destacó que la población más vulnerable fue la indígena.
¿QUÉ DIJO ANTE ESTO EL CONEVAL?
Gonzalo Hernández Licona, Secretario Ejecutivo del Coneval, dijo en una entrevista para sinembargo que no le gustó la forma en que se hicieron los cambios, no porque se modifique la calidad de mejorar el proceso, sino porque no se hizo de forma adecuada.
“Nosotros usamos la información del INEGI para calcular la pobreza. Históricamente ha sido así: la usamos para conocer la evolución que ha tenido la pobreza en los estados y en el país. Decir que de un día para otro las cosas se están haciendo bien no es correcto. Hoy, con esta información, no vamos a poder comparar hacia atrás, no sabremos si mejoramos o no y no podremos realizar las mejoras necesarias para disminuir el problema.”
INEGI PIERDE LA CONFIANZA DE LOS CIUDADANOS
La polémica no se debe a que se hayan hechos cambios en sí, sino a la manera en la que se realizaron. El Coneval reclamó que las modificaciones se hayan hecho sin transparencia y de manera sorpresiva —de un día para otro—, ya que los cambios carecen de un carácter técnico que los justifique; no fueron anunciados al Coneval y no fueron debatidos.
De manera descarada, el INEGI aseguró que gracias a esto las estadísticas mejorarán a pesar de que no se puedan comparar los datos con años pasados. De acuerdo con algunos investigadores, esta medida se tomó para ocultar la ineficiencia del gobierno en el combate a la pobreza.
¿QUIÉN ES EL RESPONSABLE?
Los datos de las encuestas se obtuvieron del 11 de agosto al 28 de noviembre del 2015, antes de que Julio Santaella Castell fuera ratificado como miembro de la Junta de Gobierno del INEGI con el apoyo presidencial —Peña Nieto— y de los legisladores del Partido Revolucionario Institucional. Seis meses atrás, los partidos de oposición del Senado discutieron la cercanía de éste con las cúpulas priistas, ya que el INEGI es un instituto autónomo y el responsable de dar a conocer las cifras de cómo se encuentra el país, sus avances y retrocesos.
Ahora, en su primera decisión importante, se dan estos hechos, los cuales significan un retroceso enorme en la credibilidad del INEGI, la cual había mejorado e iba en aumento desde hace ocho años.
A pesar de que Julio Santella Castell todavía no tomaba posesión de su cargo cuando se levantaron los datos, sí fue decisión suya la manera en que estos se manejaron, los cambios repentinos, no dar aviso al Coneval que se realizaron y la imposibilidad, ahora, de poder comparar las cifras con datos anteriores, para así poder mejorar las políticas públicas.
CASOS SIMILARES
Julio Boltvinik, investigador del Colegio de México, en entrevista para Sinembargo, recordó que no es la primera vez que esto sucede en México.
“Cuando comenzó el sexenio del expresidente Vicente Fox, también se modificaron los resultados de la pobreza y también lo cachamos”, dijo.
Aquellas cifras reportaban que cuando Fox estuvo en el poder, el porcentaje de hogares rurales que usaban gas para cocinar era del 46 %, al final del sexenio esa cifra había aumentado al 60 %. Al dejar de ser presidente las cifras regresaron a las originales.
Otro caso muy sonado en la alteración de cifras se dio en 2011, cuando el actual presidente, Peña Nieto, todavía era gobernador del Estado de México. Éste reportó en su último informe de administración que los homicidios dolosos habían disminuido a la mitad entre 2005 y 2010. Sin embargo, la mentira salió cuando The Economist, en su artículo “El logro milagroso del Gobernador” evidenció que, en realidad, las cifras habían aumentado según datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
México actualmente sufre de diversas crisis políticas, económicas y sociales. Los ciudadanos lo saben. Y aunque el gobierno maquille cifras y celebre falsos logros, el pueblo sabe que las cosas no van bien, pues de todos los avances que el Gobierno de la República difunde, ninguno se ve reflejado en las vidas de los mexicanos.
Además, con un Presidente cuya aceptación es del 29 %, la cifra más baja en la historia de los presidentes, no estaría de más pensar que las alteraciones que se dieron en el INEGI son un intento por mejorar la imagen de un partido y un presidente que se están ahogando en el fracaso de las malas decisiones tomadas hasta ahora.