El 24 de noviembre de 2006, acompañada en el presídium por Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes, la escritora sudafricana ganadora del Nobel en 1991: Nadine Gordimer, hizo un llamado a defender la palabra ante la hegemonía de la imagen que prevalece en el mundo. La amante de la palabra aseguró que “la imagen plantea un reto contra el poder de la palabra escrita como estímulo a la imaginación, porque la apertura de la receptividad humana que antes era representada por la lectura de un cuento antes de dormirse, ahora ha sido remplazada por la televisión. Aun en las zonas más marginadas es la televisión la que se encuentra donde no hay ningún libro ni palabra escrita”. Dijo, sin temor a equivocarse, que ”es la imagen la que decide qué tan secundarias van a ser las palabras (en las películas), las imágenes son sombras y cuando cambia la luz desaparecen. Fuera de la pantalla no existen como palabras”.
La escritora sudafricana Nadine Gordimer, Premio Nobel de Literatura 1991, falleció ayer por la tarde mientras dormía en su casa de Johannesburgo, en Sudáfrica, acompañada por sus hijos Hugo y Oriane, informó hoy el gabinete de abogados Edward Nathan Sonnerbergs.
La escritora tenía 90 años, escribió más de 30 libros, entre ellos 15 novelas, al menos 200 cuentos y numerosos ensayos y críticas fue una de las voces más poderosas del mundo literario contra el apartheid (segregación racial), pues siempre deseó “devolver la dignidad a la población negra sudafricana”.
Los vínculos profundos entre la creación literaria y la existencia, el compromiso del escritor, con él y con sus semejantes, la razón de escribir y la insobornable fidelidad del que escribe a sus principios contra toda forma de autoritarismo cualquiera sea que su naturaleza, fueron las líneas de pensamiento por las que transcurrió la lúcida exposición de Nadine Gordime.
Durante su discurso al Nobel, la sudafricana recalcó que es a través de la palabra como los escritores de todo el mundo “buscan realizar su propia lectura de la sociedad que les rodea, del mundo del cual son una parte. Es en esta indisoluble e indescriptible complicidad que la escritura siempre, y al mismo tiempo, es una búsqueda del yo y del mundo, de la existencia individual y colectiva”.
Gordimer, nacida el 20 de noviembre de 1923, en Springs, una localidad cercana a Johannesburgo, era considerada como una de las grandes autoras de su país. A lo largo de una prestigiada carrera escribió más de 30 obras, entre las que destacan libros como La historia de mi hijo, El conservador y Mundo de extraños, en los que plantea los conflictos interétnicos, el exilio y el apartheid.
Además del Premio Nobel de Literatura, la escritora recibió numerosas distinciones, entre ellas 15 Doctorados Honoris Causa por universidades como Yale, Harvard, Columbia, Cambridge, Leuven en Bélgica, Ciudad del Cabo y Witwatersrand.