“Mis padres no cometieron un error cuando me dieron pecas o cuando me hicieron gay […] Dios me ama de esta forma”, dice Savannah, una niña de 12 años que salió del clóset durante una congregación en su Iglesia mormona, en Utah, Estados Unidos. Postrada en un podio, leyó un testimonio que se ha convertido en un mensaje de libertad y aceptación.
El video del discurso se hizo viral y muchos lo ven ahora como el mayor ejemplo de resistencia para la comunidad LGBT mormona, oprimida históricamente porque, como sucede en el Cristianismo y Catolicismo, lo “natural” es amar al prójimo, pero no del mismo sexo.
Savannah piensa que Dios la ama de esa forma, porque él ama a todas sus creaciones. “Ninguna parte de mí es un error”, lee. Un discurso brutalmente honesto, inocente y poderoso a la vez.
Pero a los pastores no les gustó eso: uno de los líderes de la Iglesia interrumpió el discurso, cuando apenas llevaba dos minutos hablando, el micrófono dejó de funcionar y le pidieron que regresara a su lugar. Sin embargo, para remediar el impedimento a la libre expresión, el pidió al público reconocer que todos son hijos de Dios.
Para los mormones, cuyo santuario recibe el nombre de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, sí es posible ser homosexual formar parte de la organización religiosa pero no pueden contraer matrimonio con alguien del mismo sexo. Los documentos oficiales aseguran que los participantes de ese tipo de enlaces no pueden ser miembros de la Iglesia y que sus hijos tampoco pueden recibir el bautismo hasta que cumplan 18 años, ya que a esa edad se espera que “denuncien” las relaciones de sus padres “en favor de su fe”.
La madre de Savannah dijo para la CNN que ella supo de la homosexualidad de su hija el año pasado, tan sólo un día después de su cumpleaños número 12. Ella vio a su hija y le dijo: “Está bien, te amo. Y te apoyaré sin importar lo que hagas”. Para las dos, el amor es lo más importante, es lo único que todos deberíamos hacer.
La aceptación y el apoyo familiar con el que cuenta Savannah es una condición afortunada, pues generalmente, las personas que crecen en un seno religioso son reprimidas y confesar su atracción por el mismo sexo implica una carga moral que pocas veces logra eliminarse con tal libertad y valentía.
Mashable explica que su valentía ha regresado la atención de todo el país a la comunidad LGBT en la Iglesia Mormona. El momento en el que es silenciada por el líder de la Iglesia, “ha traído una oleada de atención a las experiencias de los Mormones queer, que desde hace mucho tiempo ha sido tema de conversación para los activistas”.
Lo que hizo Savannah fue un ejercicio de fidelidad y honestidad no sólo con ella misma sino con la comunidad de la que forma parte desde hace años. Otro de sus objetivos, según dan cuenta los medios, es que quería llamar la atención del resto de los homosexuales mormones que todavía no se atreven a expresarse libremente y a “confesar” que así es como son, que eso es lo que los hace felices y que no tiene que ver con ninguna religión.
“Yo no puedo hacer que alguien más sea gay y que estén conmigo no los hará ser de esta forma. Creo que Dios quiere que nos tratemos con respeto, no importa si las personas son diferentes. Especialmente si son diferentes”, reza Savannah.
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