Óscar Pérez es inspector de la policía científica, piloto, paracaidista y buzo de combate. A través de un video, pidió a los venezolanos tomar las calles, salir a iniciar una rebelión en contra del régimen opresor, sublevarse, hacer lo necesario para terminar con el gobierno de Nicolás Maduro. Minutos después, el autodenominado “guerrero de Dios” secuestró y piloteó el helicóptero que lanzó granadas y disparó contra la Suprema Corte de Venezuela, nación sumida en una crisis, en un caos absoluto.
Óscar Pérez también es actor: en el 2015 apareció en el filme “Muerte Suspendida” como un policía que participó en el rescate de un secuestro. Estaba adiestrado en las escenas de acción, en la caracterización policial, en el pilotaje y en el control de aeronaves, pues también fue jefe de operaciones de la División Aérea del cuerpo policial venezolano.
Pero esta vez sí saltó a la fama internacional. Ahora es conocido en todo el orbe como el hombre que secuestró un helicóptero que mostraba una pancarta que rezaba “350 Libertad” (que hace referencia al artículo de la Constitución que dicta que los venezolanos no deben reconocer un régimen que suprima la libertad democrática) para sobrevolar Caracas.
En total, según la información que publicó el régimen, disparó 15 veces contra la sede del Ministro de Interior y de Justicia y arrojó cuatro granadas al edificio del Supremo. Y todo para dar un mensaje claro a los venezolanos: tienen que sublevarse y rebelarse contra Maduro, a quien le exige la renuncia inmediata. Un “susto” para el régimen, pues la intención no era herir a nadie.
Horas antes del secuestro del helicóptero, Pérez difundió una serie de videos en su cuenta de Instagram. Es el único que aparece con el rostro descubierto, mientras que el resto de los hombres armados, que lo cercan, tenían las caras cubiertas por pasamontañas. En esencia, pide la renuncia del mandatario y llama a una insurgencia nacional.
“Tenemos dos opciones, ser juzgados el día de mañana por nuestras consciencias y el pueblo. O a partir de hoy, librarnos de este gobierno corrupto. Somos guerreros de Dios y nuestra misión es vivir al servicio del pueblo. ¡Viva Venezuela! ¡Que viva!”
En otro video, Pérez también afirma no formar parte de alguna asociación partidista y solicita el apoyo de todos los venezolanos. Él sólo está de lado de Jesucristo y busca el equilibrio para que termine el gobierno transitorio y criminal al que están sometidos.
El mandatario del país, por su parte, denominó la emboscada como una “escalada golpista”. Ademas, exigió a los opositores que condenaran la acción. “Este es el tipo de escalada violenta que he venido denunciando”, dijo Maduro. Sea como sea, Pérez logró imponer en toque de queda en el cruento territorio.
También lo acusan de estar “alzado en armas”, de haber cometido un “ataque terrorista” y de tener vínculos con la CIA y la embajada de Estados Unidos. De acuerdo a El Comercio, tras el ataque, tanquetas militares y camiones policiales se trasladaron hacia las inmediaciones del Tribunal Supremo de Justicia durante la noche de este martes, usuarios de Twitter “aseguraron que varias zonas de la avenida Baralt fueron obstaculizadas por los uniformados”.
Aunque el ataque fue repelido por la Guardia Nacional Bolivariana, la aeronave logró huir y se desconoce su paradero. Desde entonces, las redes sociales se han llenado de videos del momento del tiroteo: escenas dignas de películas de acción, con personajes exclamando a la distancia “¡Ay, tiraron una bomba, mira! Estoy temblando, ‘son tiros, son tiros! Ay, dios mío”.
De acuerdo con la BBC, el gobierno no dio a conocer pruebas de que los disparos y lanzamientos de granadas se produjeron, mientras que los líderes de la oposición cuestionaron la versión oficial, afirmando que aún “no hay suficiente información sobre el helicóptero y llamando a continuar con las manifestaciones en las calles”.
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