De los 318 candidatos para el Premio Nobel de la Paz 2017, además del padre Alejandro Solalinde, ya hay otro mexicano en la lista de nominados: Daniel Alonso Rodríguez, un joven hidalguense de 19 años.
El galardón internacional no sería el único premio para Daniel Rodríguez, quien en 2014 ganó el premio estatal de la juventud por su labor en la difusión de los Derechos Humanos.La postulación la hizo su profesor Juan Gabriel Zamora Jiménez, quien le da clases en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, campus Pachuca, en la licenciatura de Derecho.
El pasado 3 de marzo, el estudiante recibió la notificación de la Fundación del Nobel, en donde le informaron que es uno de los 318 aspirantes que compiten por el premio.
La carta de motivos de su profesor para postularlo al premio internacional, expuso que Daniel cuenta con una consciencia social y un fuerte aprecio por los Derechos Humanos, que ha difundido en conferencias a niños y jóvenes.Originario del municipio de Tlaxcopan, en Hidalgo, tiene en su labor una iniciativa de reforma social que plantea acercar a la población con sus derechos humanos. Para realizarlo lo dividiría en tres etapas: educativa para la paz, formación en derechos humanos y fomentar la responsabilidad social en las empresas.Daniel Rodríguez está postulado junto con el padre mexicano Alejandro Solalinde, el papa Francisco, el exanalista de la CIA Edward Snowden, así como los presidentes Donald Trump y Vladimir Putin.
De ganar el hidalguense, sería una de las personas más jóvenes en obtener el reconocimiento, como en 2014 que se lo otorgaron a la joven Malala Yousafzai a los 17 años.
Dos años atrás, en 2012, la paquistaní Malala regresaba de la escuela en un autobús y recibió un disparo en la cabeza, ataque del que responsabilizaron a los talibanes porque la adolescente defendía el derecho de las niñas a la educación, obligatoria y gratuita.
Un helicóptero la trasladó de urgencia desde el Valle de Swat a un hospital militar en Peshawar, pero su padre que la acompañaba a bordo creyó que moriría y a su familia les encargo comenzar los preparativos para el funeral.Semanas después de estar internada bajo cuidados intensivos, Malala se fue recuperando con éxito de un coma inducido en Birmingham, Inglaterra. Fue sometida a operaciones para mejorar la capacidad auditiva en uno de sus oídos y tratar un nervio facial.
Cuando la historia llegó a los medios de comunicación, la joven se convirtió en un fenómeno mundial que la hizo llegar a dar un discurso frente a una asamblea de jóvenes en la sede central de las Naciones Unidas, en Nueva York.
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