Sally Ross era muy pequeña cuando se le diagnosticó diabetes tipo 1. Al convertirse en adulta, Sally, quien en ese momento radicaba en Estados Unidos, se enteró de la existencia de los perros de auxilio para diabéticos. Solicitó uno de estos canes para poder ayudarse pero se le fue negada la petición.
Fue entonces que Sally Ross viajó por cuestiones de trabajo a Mazatlán, Sinaloa y conoció al médico veterinario Hugo Cruz, quien estaba interesado en buscar refugio a muchos de los perros mazatlecos que viven en situación de calle. Ambos decidieron fundar Perros de Auxilio para Diabéticos, un programa que se dedica a entrenar perros de la calle para ayudar a detectar niveles anormales de glucosa, en las personas con diabetes tipo 1.
El principal objetivo de entrenar a los perros es para alertar a los pacientes hasta media hora o 45 minutos antes la alteración de su glucosa, lo que provocará que en estado conciente pueda tomar su medicamento para controlar ese nivel. Además, la alerta que emite el perro permite que el paciente vigile el comportamiento de sus niveles de glucosa para normalizarlos para no perder la conciencia y caer en un coma diabético.
El entrenamiento es prácticamente personalizado y dura no más de ocho meses en cada perro. El proceso se inicia con muestras de personas con diabetes tipo 1 donadas al programa Perros de Auxilio para Diabéticos. Después de solicitar al can y aprobarse su candidatura, el entrenamiento se personaliza con las muestras del paciente para que el perro pueda reconocerlo a través de aspectos de obediencia básica.
A través del olfato, el perro detecta los niveles anormales de glucosa y comienza a atraer al paciente con movimientos activos para llamar su atención, alertándole que debe tomar el medicamento para no caer en alguna crisis que ponga en riesgo su vida.
La asociación se mantiene directamente de los bolsillos de Sally y del veterinario Cruz, quienes únicamente solicitan un donativo al paciente para que pueda hacerse de uno de estos perros entrenados.
La vida ágil y útil que se le da a los perros en situación de calle también se destaca dentro de esta organización. Se pretende rescatar a muchos más perros para poderlos entrenar y dar servicio a más pacientes con diabetes tipo 1 no sólo en Mazatlán sino en todo México.
Si el candidato no radica en Mazatlán, Sinaloa y quiere solicitar este servicio, tiene dos opciones. La primera es viajar para conocer la fundación y así ser evaluado por Sally Ross y Hugo Cruz. La segunda y tal vez más viable, es juntar en su localidad a un grupo de personas que requieran perros de auxilio para diabéticos para que la asociación viaje y organice una exhibición con la comunidad que necesite de estos animales.
Los perros siguen demostrando que a través de las múltiples capacidades que poseen, no sólo son gran compañía sino también excelentes colaboradores para otorgar una vida digna a los seres humanos. Cabe aclarar que el entrenamiento no sustituye los métodos de chequeo de glucosa que debe hacerse de manera constante quienes padecen este tipo de diabetes.
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