El playerito pectoral es un pequeño pájaro que no pesa más de 100 gramos, pero en su afán de compartir sus genes para futuras generaciones, es capaz de volar miles de kilómetros para encontrar hembras y aparearse con ellas.Los investigadores del Instituto Max Plank de Ornitología de Seewiesen, en Alemania, observaron el comportamiento de los calidris menotos, nombre científico del playerito pectoral y descubrieron que los machos recorren en promedio 3 mil kilómetros durante su periodo reproductivo que dura entre 4 y 6 semanas.El ave de este tipo que más voló superó los 13 mil kilómetros e hizo 24 escalas en donde encontró hembras de su especie para reproducirse.
“Antes de hacer este descubrimiento se pensaba que las aves (machos y hembras) migraban desde la región invernal y llegaban a un solo sitio en el que se reproducían durante ese año”, explicó Bart Kempenaers, coautor del estudio que monitoreó los movimientos de 120 pájaros. Pero su observación los desengañó y lograron entender el comportamiento reproductivo de estas aves.
Los playeritos inician su viaje en América del Sur cuando inicia el invierno austral y vuelan hacia el norte, encontrando su parada final en Alaska. Su corto periodo reproductivo obliga a los machos a no desperdiciar tiempo con tal de preservar su especie.“Los machos deben reducir el tiempo que duermen y defender y cortejar a las hembras virtualmente sin descanso durante los interminables días del verano ártico para reproducirse con éxito”, señalaron los autores del estudio.
Los playeritos machos necesitan moverse y hacer varias escalas debido a que existe una dura competencia entre ellos para conseguir hembras con las cuáles aparearse.
Aquellos que deciden quedarse estacionados en un solo sitio tienen muy pocas posibilidades de copular.
En pocas palabras, el volar y sacrificar horas de descanso es una estrategia que les permite evaluar las “posibilidades” locales y, si son pocas, poder explorar nuevos lugares para encontrar a la hembra que les ayudará a cumplir sus deseos reproductivos.Según los expertos que realizaron esta investigación, el comportamiento de los playeritos pectorales es replicado por otras especies en la que los machos no se preocupan por el cuidado de los huevos y las crías y concentran todos sus esfuerzos en la búsqueda parejas reproductivas.
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