Las senadoras Dolores Padierna y Angélica de la Pena Gómez, del Partido de la Revolución Democrática (PRD) pretenden que las miradas lascivas que millones de mujeres enfrentan (sufren y después superan) a diario, merecen ser tipificadas.
Las “miradas lascivas” pueden ser perfectamente identificadas por las que las reciben, sólo las víctimas sabrían cómo se manifiestan ese tipo de ojeadas. Sólo las afectadas podrían describirlas.
Este apartado se incluye en una iniciativa con la que quieren tipificar y sancionar el acoso sexual callejero y sancionarlo con hasta tres años de prisión. El presunto agresor podría pasar hasta 48 horas en una especie de centro de rehabilitación para prevenir la violencia en dependencias públicas.
El problema consiste en la comprobación de la agresión, en la verificación de la mirada lasciva. ¿Se pediría a los señalados recrear la mirada?, ¿quién puede corroborar absolutamente que la mirada estaba teñida con malas y sexuales intenciones?
Ni las mismas senadoras lo saben, Padierna aseguró que sería complicado, pues es una acción muy subjetiva y difícil de comprobar. Desde el planteamiento surgen dudas.
Todavía no logran establecer nada con claridad, pero el objetivo es tipificar el acoso sexual en espacios públicos, crear un procedimiento con las etapas y pasos para probar la comisión del mismo y crear un observatorio ciudadano que proponga políticas públicas para combatirlo.
Entonces, aunque se logre tipificar, no sería suficiente.
No obstante, las cifras que presentan para sustentar su misiva sólo hacen referencia a las mujeres. De acuerdo a la secretaria de Derechos Humanos del PRD, Paloma Castañón, el 93 % de las mujeres han recibido miradas lascivas al transitar por espacios públicos y el 69 % han tenido acercamientos indeseados.
Desde el planteamiento descartan a los hombres, de alguna manera sugieren que ellos jamás podrían ser las víctimas. ¿Las mujeres victimarias no serán castigadas?
*Con información de: Crónica, Milenio.