Más y más estudios tratan de encontrar la respuesta para la adicción a la comida, que permita descubrir por qué la población mundial está enfermando de obesidad, más allá del sedentarismo de los trabajos de oficina.
De nuevo, son los genes quienes afectan en tu herencia y el comportamiento de tu metabolismo, como el encargado de recibir la oxitocina, que te haría aumentar tu consumo de chocolate y tener una cintura más grande.
Se trata de un estudio realizado a 818 hombres y mujeres de ascendencia europea, que encabezó la investigadora Silvia Berciano, de la Universidad Autónoma de Madrid, donde además descubrieron que hay genes que te predisponen al consumo de grasa y sal.
Otros más se encargan de impulsar a tu cuerpo, o no, a ingerir vegetales y fibra, que al mismo tiempo podrían predisponerte a que enfermaras con mayor facilidad de anorexia o bulimia.Desde 2007, la ciencia determinó que el gen llamado FTO se relaciona a una facilidad para ser obeso, pero su relación con mayor apetito y que la energía de la comida se almacene en lugar de quemarse.
La buena noticia es que se puede revertir, así como aminorarlo con un medicamento o un tratamiento que te prevenga de la obesidad, como sugirieron científicos del MIT y la Universidad de Harvard.
Con el nuevo hallazgo, que se presentó en la reunión anual de la Sociedad Americana de Nutrición, se espera poder ayudar a las personas a implementar nuevas estrategias para que disfruten y mantengan sus dietas, óptimas para cada tipo de organismo.
El estudio se aplicará ahora a gente de otras etnias para realizar un mapa genético que permita anticiparse a padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes o hipertensión, a través de modificar los hábitos alimenticios.Por ejemplo, detrás de la adicción a las papas fritas está un gran equipo, con un presupuesto de hasta 30 millones de dólares al año para que científicos, psicólogos y expertos en marketing den con la fórmula que garantice ventas millonarias. Esta es la estrategia de las famosas papas Frito Lay.
El slogan de “A que no puedes comer sólo una” de papas mexicanas se copió de la frase publicitaria estadounidense “Betcha can’t eat just one”, (apostamos a que que no puedes comer sólo una).
Pero, más allá de una frase, su importancia radica en que esta botana debe ser irresistible al paladar, que precisamente te haga querer más y más. Allí entra el “crunch”, ese crujir al morder una papa, que provoca suba tu nivel de dopamina, el neurotransmisor y hormona asociado al placer.
También, la ingesta de carbohidratos y grasas eleva tus niveles de glucosa, que impactan directamente en el cerebro para que pueda realizar todas sus funciones. Entre más “alimento”, mayor sensación de bienestar.
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