Cada año, las farmacéuticas y la industria de los cosméticos gastan miles de millones de dólares para probar los fármacos y químicos que desarrollan.
No obstante, además del gasto que esta metodología implica, también hay que considerar las repercusiones que estas pruebas tienen en los seres vivos, ya que la mayor parte de las veces, antes de que estos productos puedan salir al mercado, las pruebas se realizan en animales.Con el objetivo de proteger la vida silvestre y recortar el gasto, el Instituto Wyss de Harvard creó una serie de dispositivos del tamaño de un USB que emula la respuesta fisiológica de un órgano para observar sus reacciones a enfermedades, sus diferentes curas y cómo funcionan los químicos que utilizan.
“Bautizados con el nombre de “Organs-on-Chips”, estos dispositivos son sistemas vivos miniaturizados (elaborados con polímeros transparentes) que representan la unidad funcional más pequeña de un órgano y que de manera efectiva emulan la fisiología a nivel órganos y su respuesta ante enfermedades”, explicó en entrevista con El Financiero la doctora Geraldine Hamilton, presidenta y jefa de ciencias de Emulate, startup de biotecnología creada por especialistas del Wyss Institute de Harvard”.Los dispositivos creados hasta el momento son el Pulmón-Chip, Hígado-Chip, Intestino-Chip y Piel-Chip; adicionalmente buscan integrar al portafolio de productos el Corazón-Chip, Cerebro-Chip y Riñón Chip.Con estos dispositivos, los científicos podrán evaluar los efectos y eficiencia de nuevas medicinas, la seguridad de productos cosméticos y químicos, además de entender cómo afecta la comida a la salud humana y desarrollar curas y nuevas medicinas.
El sistema que utilizan los Chips permite que los dispositivos puedan conectarse entre sí al dejar correr sangre humana o líquido que contenga nutrientes, justo como los órganos que están conectados en el cuerpo humano.Por ejemplo, el Pulmón-Chip, dispositivo creado con técnicas de fabricación de microchips, tienen dos canales de microfluidos y a los costados otros dos pequeños orificios que se expanden rítmicamente simulando la actividad de un pulmón.Los canales permiten reproducir el flujo de sangre que presenta un cuerpo humano; en uno de ellos corre aire y en el otro, sangre. Este avance permitirá que la ciencia avance sin tener la necesidad de dañar a otros seres vivos.
*Con información de El Financiero