La polarización en la sociedad de los Estados Unidos comenzó desde que Donald Trump y Hillary Clinton competían para poder habitar la Casa Blanca y se incrementó cuando el magnate republicano ganó la elección presidencial.El conflicto entre los que consideran a Trump una amenaza para Estados Unidos y para el mundo, y los que apoyan sus propuestas y se sienten representados por él llegó a tal grado que ahora Rogue One, una película que pertenece al universo de la saga de Star Wars, es el blanco de un intento de boicot identificado con el hashtag #DumpStarWars.
Pero, ¿qué tienen en contra de esta película?
Para poder entenderlo primero hay que saber de qué trata el filme (sin spoilers): Rogue One se desarrolla en un escenario donde un gobierno totalitario es desafiado por un grupo de rebeldes. Las guerrillas se enfrentan a las tropas del Imperio que defienden al dictador.El Imperio es presentado como una forma de gobierno militarista que pretende acabar con los disidentes haciendo uso de su nueva arma, “la estrella de la muerte”.Aunque este argumento se presenta desde la primera película de la saga que se estrenó en cines en 1977, la polémica con Rogue One comenzó gracias a un par de tweets que publicaron Chris Weitz y Gary Whitta, guionistas de la nueva película de Star Wars.En su tweet, Weitz mencionó que el Imperio era una “organización humana supremacista blanca”, a lo que Whitta contestó: “a la que se opone un grupo multicultural liderado por valientes mujeres”.Después de estas palabras, los dos cambiaron sus fotos de perfil y utilizaron el logotipo de la “alianza rebelde” con un pin que en Estados Unidos simboliza el apoyo a las minorías.
Poco tiempo después, ambos mensajes fueron borrados de la red social, los guionistas cambiaron sus fotos de perfil a las originales, pero la polémica creció cuando Jack Posobiec publicó un tweet que decía: “Los guionistas de Star Wars reescribieron y volvieron a rodar Rogue One para añadir escenas contra Trump. Qué asco.” y acompañó su mensaje con el hashtag #DumpStarWars, mismo que los seguidores de Trump han adoptado para invitar a las personas a no ver esa película.Al respecto, Bob Iger,el director ejecutivo de Disney, casa productora de Rogue One, declaró en entrevista para The Hollywood Reporter que la película es algo que la gente debe disfrutar y no contiene ninguna referencia política.“No hay declaraciones políticas en ella”, dijo Iger. “Creo que toda esta historia se ha exagerado y, para ser sincero, es una tontería”.Aunque sus palabras se contradicen a las de George Lucas, el genio detrás de la saga original de Star Wars, quien en los comentarios que aparecen en el DVD de “El imperio contraataca” afirma que la figura de El Imperio está inspirada en la Alemania Nazi.
Donald Trump tiene más de 17 millones de seguidores en Twitter, entre los que se encuentran un grupo de personas que lo apoyan y reaccionan de inmediato cuando algo o alguien lo ataca.En las últimas semanas han intentado boicotear a la empresa de cereales Kellogs y a las cafeterías Starbucks. La campaña en contra de Star Wars es sólo una más de sus “contraataques”.
