Pero espera, antes de que corras a levantar el teléfono para pedir cinco pizzas familiares de peperonni, lee los términos y condiciones de esta promoción válida los fines de semana. Ajá, el truco es fácil, y no se trata de que de un momento a otro la pizza se haya convertido en una comida saludable, gluten free, pet friendly y lonji responsable.
Pero vamos por partes. Un estudio publicado por Men’s Health dice que la pizza y las papas fritas ayudan a adelgazar a aquellos que se someten a regímenes alimenticios para perder peso. ¿Cómo lo hace? Después de dos semanas de prueba, nutriólogos portugueses que pusieron a dieta a hombres y mujeres comprobaron que si a los participantes se les permitía comer lo que quisieran el domingo, eso los motivaba para seguir con el régimen de 10 mil 500 calorías por semana (la ingesta semanal recomendada por la Organización Mundial de la Salud es de 10 mil calorías para los hombres y 8 mil 500 para las mujeres).
El consumo diario de calorías recomendado por la OMS es de 2000 para los hombres y 1,700 para las mujeres.
(Fuente: Pexels)
La prueba definitiva llegó dos semanas después, cuando descubrieron que de entre dos grupos, uno que comió lo que quiso el domingo y otro que siguió la dieta rigurosa, los del segundo mostraron desánimo para seguir. Aunque en ambos grupos hubo la pérdida de peso esperada en todos los participantes, los objetivos se acortaron en los desanimados.
Las conclusiones, según el análisis, son que la autocontención desgasta, pone de mal humor y agota. Por lo que a mediano o largo plazo es más fácil darse por vencido. Mientras que la indulgencia moderada hace la dieta más sostenible.
La clave es comer pizza, helado y papas fritas, o lo que más te guste un día a la semana y sin exagerar. Pero para ello hay que planear y no dejarse llevar por impulsos, porque esto trae sentimiento de fracaso «arruiné la dieta», lo que también podría ser contraproducente.
Así que date, que la vida es una y para eso está. Pero todo con medida, gorditx.
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