Antes la ficción superaba a la realidad. Las historias de guerras, de fantasías, de cosas imposibles de suceder eran fabricadas por los guionistas para entretener a los televidentes.
Ahora, la realidad ya no es ficción, es inspiración para los realizadores de telenovelas que ven en las guerras una posibilidad de tener éxito en la televisión.
Siria es ejemplo de ello. Lo que pasa actualmente en la República Árabe está sirviendo no sólo de inspiración para los escritores, sino también de locación para los creadores de historias.
Las telenovelas, dicen en Siria, son un reflejo de los sueños y los temores de la gente y así como estos sueños y estos miedos cambian, así deben modificarse las historias que se cuentan a través de ellas.
Los títulos comienzan a decirlo todo. Los melodramas ahora llevan por nombre “Regresaremos dentro de poco” o “Haz las maletas”, y cuentan los horrores que deben pasar los refugiados en su ruta a Líbano o Europa.
La situación tensa que se vive en Siria no excluye a los productores de telenovelas que ven en ellas un producto de exportación, sí, pero que ayuda a quienes las ven a comprender la realidad que miles de personas viven allá todos los días.
Las escenas de guerra se utilizan como locación, ya no hay necesidad de crear una ficticia porque la realidad los alcanzó.
El director Samir Husein, quien graba la telenovela “Fawda” (Caos) en Qasa, cerca de Jobar, uno de los principales frentes entre el régimen y los rebeldes en la capital, indicó que “los lugares que usábamos antes de la guerra para rodar ya no son accesibles”.
Lo secundó Ahmad Ibrahim Ahmad, director que en declaraciones recopiladas por The Huffington Post aseguró que “compañías internacionales se gastan miles de dólares para crear escenas de destrucción o recrear un lugar en guerra, pero aquí no necesitamos gastarnos nada, el decorado es real”.
Rasha Sharbatgi, directora de telenovelas, aseguró también que cada vez es más difícil refugiarse en las historias de amor sin dar a la gente una perspectiva de lo que está pasando en Siria en la realidad.
“Antes el contenido de las telenovelas oscilaba entre historias de amor, comedias y ficciones históricas. Había pocas sobre la vida cotidiana porque todos querían huir de la terrible realidad”, comentó Sharbatgi quien para el 2016 grabó un melodrama vinculado directamente a la crisis siria.
Quienes también se encuentran en peligro son los propios actores, quienes han visto en las locaciones un entorno de alto riesgo y algunos han huido al extranjero de donde no pueden regresar por motivos económicos, políticos o de seguridad.
Aunque hay actores como Rachid Asaf que se oponen a que se cuenten estas historias porque “la gente está harta de las historias de guerra. Quieren divertirse durante el ramadán y no que les recuerden las tragedias”, sentenció.
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