En su nombre llevaba ya el augurio de fama y fortuna; Gabrielle, según le dijeron, significa fuerza y poder, y aseguraba a quien se distinguiera con él un brillo duradero.
Nacida en el seno de una familia de amores brutales y pobreza, la pequeña Gabrielle pronto fue huérfana de madre, separada de sus hermanos y abandonada por su padre en un orfanato. Este anhelo de sentirse amada se entremezcló con el orgullo que la hizo salir adelante mediante el oficio de costurera.
Dejó el Gabrielle y adoptó Coco por una cuestión fonética, se reconocería entonces como Coco Chanel. De un amante acaudalado conoció los lujos y aprendió a comportarse en un ámbito distinto al suyo. Entre fiestas de salón y convivencias con gente de alto nivel, la joven Coco se distinguiría como una dama.
Abiertamente opuesta al estilo la época, su espíritu de la moda la llevó a diseñar sus propias prendas, hasta que el destino la hizo conocer a un socialite inglés quien la animó a desarrollar su talento en el diseño de sombreros. Su amante le permitió establecer un pequeño atelier en la planta baja de una de sus propiedades en París; el negocio prosperó y para la primera década de 1900, con ayuda de su amigo inglés (con quien después comenzaría una relación amorosa), abrió su primera Mansión Chanel en el 21 de la rue Cambon. La historia continuaría con sus sombreros en las cabezas de mujeres de sociedad, artistas y personalidades de la nobleza.
Una casa de modas en Deauville le permitió a la joven empresaria presentar sus primeros modelos que daban cuenta de la elegancia y sencillez que distinguiría a su nombre entre la moda francesa. Eliminó los corsés y en su lugar impuso prendas funcionales y uniformes; fue por ella que las mujeres comenzaron a utilizar jerseys.
La Primera Guerra Mundial y su posterior ruptura con su nuevo amor interfirieron en un etapa de creatividad importante en Coco, que se afianzaría con los primeros atisbos feministas. Este contexto parecía adecuarse para su estilo que ya cobraba importancia en América. Las mujeres tomaron como icono a la francesa.
El resto es una importante historia en la moda internacional. Dispuesta a romper esquemas, Mademoiselle Chanel liberó el cuerpo femenino con la eliminación del corsé, gracias a esto “Coco” se consolidó rápidamente como el símbolo de la mujer moderna.
Esta revolucionaria visión en la moda que convertiría a la firma Chanel en una de las más destacadas en el gremio es lo que recogerá la muestra titulada The Sense of Places (El sentido de los lugares), que brilla con el espíritu de la francesa con respecto a los lugares que le fueron significativos a lo largo de su carrera.
La exposición se presentará en el Dongdaemun Design Plaza de Seúl del 30 de agosto al 5 de octubre de 2014, y exhibirá libros, objetos, archivos, piezas de arte, artículos de moda, joyería, perfumes, entre otros, que representan la esencia de la marca y dan fe de la figura de Coco como una mujer adelantada a su época.
El recinto, recién inaugurado en marzo pasado obra del arquitecto Zaha Hadid, presentará las locaciones que inspiraron a la francesa en la construcción de su legado y que fueron sitios importantes para definir su estilo; la muestra forma parte del proyecto Culture Chanel, una serie de exhibiciones concentradas en revelar la historia de vida de esta mujer.