¿Estamos hablando del país que se considera de primer mundo?
Es bien sabido que, en un acto considerado por muchos como ególatra, Donald Trump siempre hace un llamado a prensa, fotógrafos y demás para que sean testigos y muestren a Estados Unidos como el presidente firma una Ley en la Casa Blanca. Esta vez prefirió cerrar las puertas.
Sean Spicer, portavoz de la Casa Blanca, fue el encargado de dar conocer que el presidente Trump firmó una normativa que restringe el acceso al aborto en todo el país.
El texto firmado permite a los estados que retiren la financiación pública a Planned Parenthood, una organización que proporciona atención médica a millones de mujeres sin recursos en todo el país y sus servicios incluyen interrupciones de embarazos, lo que ha inspirado el rechazo de los republicanos.
La firma del magnate neoyorquino puede que sea el último golpe a la fundación en el marco de iniciativas ultraconservadoras que durante varios últimos años han intentado a como dé lugar drenar sus recursos.
Las repercusiones son fuertes, pues si los estados deciden retirar la financiación a Planned Parenthood, forzarían el cierre de la mayoría de sus clínicas.
Tras la firma, organizaciones conservadoras que promovieron la ley celebraron el gesto de Trump.“Dar prioridad a la retirada de fondos a Planned Parenthood es una victoria”, delcaró Marjorie Dannenfelser, presidenta de Susan B. Anthony List, un grupo contra el aborto.Por su parte, Planned Parenthood a través de su vicepresidenta, denunció que los ciudadanos “están hartos de que los políticos hagan que cada vez sea más difícil acceder a cuidados médicos y esta ley es el último ejemplo”.Dawn Laguens añadió que Estados Unidos debería centrarse en expandir la atención sanitaria en vez de dar un paso atrás.
Planned Parenthood recibe 550 millones de dólares anuales del presupuesto federal de Estados Unidos y otros 60 millones de los estados para cubrir los gastos médicos de mujeres que no pueden costearse la atención privada. Sus principales actividades están en el ámbito de la planificación familiar, la prevención de enfermedades y la práctica de abortos, que supone el 3 % de sus servicios.Un ejemplo de cómo los republicanos habían estado buscando cerrar el flujo de dinero a la fundación, es el de Mike Pence quien funge como vicepresidente pero que antes, al ser gobernador de Indiana, buscó sellar la ley con una iniciativa que retirara toda la financiación federal a Planned Parenthood.Hay que mencionar que la legislación estadounidense prohíbe financiar con dinero público las interrupciones de embarazos, con la excepción que estas sean por casos de violaciones, incesto o si peligra la vida de la madre.
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