Decenas de estudios psicológicos y sociales sostuvieron durante muchos años que la exposición a los videojuegos (o a cualquier tipo de contenido audiovisual) violentos generaba un cambio en la psique de los espectadores y los transformaba en seres menos empáticos y mucho más propensos a cometer delitos.
En el caso específico de los menores de edad, sugerían que la exposición prolongada les provocaba recrear las escenas que presenciaban. Ese factor, combinado con la normalización dentro de la sociedad mexicana del uso de armas, de los asesinatos violentos y del poderío del crimen organizado se convirtió en un presagio para catástrofes que dieron la vuelta al mundo.
Sin embargo, un nuevo estudio, publicado en la revista científica Frontiers in Psychology y titulado “Los videojuegos violentos no afectan a la empatía”, reveló que una serie de experimentos no hallaron un vínculo entre la exposición por largos plazos de tiempo a videojuegos violentos con cambios en las respuestas empáticas neuronales.
El estudio se llevó a cabo con 30 participantes, 15 de las cuales jugaban videojuegos de índole violento regularmente (como “Call of Duty”o “Counter-Strike”) —cuatro horas al día en promedio— y otros 15 que jamás habían jugado. Para asegurarse que los efectos a investigar fueran de largo plazo, los jugadores habituales no jugaron nada tres horas antes del experimento.
Durante la experimentación, ambos grupos (jugadores y no jugadores) fueron sometidos a una serie de preguntas psicológicas para después ser sometidos a un escáner de imágenes de resonancia magnética mientras les mostraban escenas “diseñadas” para provocar una respuesta empática y emocional y definir qué regiones del cerebro se activaban.
El cuestionario psicológico que les hicieron reveló que no había diferencias en las medidas de agresión y empatía entre los jugadores y los “no jugadores”, ya que ambos tuvieron reacciones neuronales similares a imágenes “emocionalmente provocativas”.
De acuerdo con Eurek Alert, esto sorprendió a los investigadores, ya que fueron contrarios a la hipótesis que plantearon originalmente y que sugiere que los efectos negativos de jugar “tanto en el comportamiento como en la percepción pueden tener corta vida”.
La conclusión de los investigadores fue que el estudio sugiere que la empatía no disminuye por jugar ese tipo de juegos a largo plazo. Asimismo, se comprobó que a diferencia de estudios pasados, los jugadores se muestras desensibilizados por estímulos emocionales como la violencia ni que tampoco muestran más agresividad.
Aunque consideran que se necesitan investigaciones posteriores, esperan que el estudio “aliente a otros grupos de investigadores a enfocar su atención en los efectos a largo plazo de los videojuegos en el comportamiento humano”.
Y más en tiempos donde presenciar este tipo de contenido se ha vuelto mucho más popular, los menores de edad tienen acceso a él de formas cada vez más sencillas y nadie está dispuesto a desprestigiar una de las industrias más prolíficas de la actualidad.
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