Shinzo Abe, primer ministro de Japón, anunció que visitará Pearl Harbor, base naval que el Imperio japonés atacó en 1941 y provocó la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, durante una visita de estado a Hawái, estado natal del presidente Barack Obama.
Abe se convertirá en el primer mandatario japonés en el cargo que visita este lugar desde que ocurrió el ataque, según confirmó el primer ministro Abe en una conferencia de prensa televisada esta semana.
El anuncio coincide con el 75 aniversario del ataque, que ocurrió un siete de diciembre.
La visita del primer ministro japonés, que se llevará a cabo entre el 26 y 27 de diciembre, no sólo será un momento histórico sino que busca ser un símbolo de reconciliación entre Japón y Estados Unidos.
Obama visitó el memorial de víctimas de Hiroshima en mayo pasado, en el lugar donde Estados Unidos arrojó una de las dos bombas atómicas que terminaron con el conflicto bélico en 1945, el primer mandatario de su país en realizar un gesto de este tipo.
En aquel momento, el Presidente estadounidense guardó un minuto de silencio junto a Abe y colocó una corona de flores en el monumento.
Ni Obama, ni Abe, en un par de semanas más, pedirán disculpas por ninguno de los dos hechos y buscan concientizar a sus gobernados sobre las heridas profundas que una guerra provoca en los pueblos.
Ambos dirigentes son considerados “palomas”, un término político que se refiere al pacifismo de ciertos líderes, en sus respectivas naciones. Contrario a los “halcones”, que piensan que la guerra es uno de los recursos más efectivos para imponer su voluntad, Obama y Abe consideran que un conflicto bélico debe ser el último paso para resolver un problema.
Es por esa razón que los críticos de ambos políticos consideran estos actos como muestras de debilidad. Pero Abe y Obama buscan reconciliar a dos naciones que, desde la Segunda Guerra Mundial, mantienen un resentimiento mutuo a pesar de la gran colaboración que existe entre ellos.
Abe, quien buscará la reelección en 2018, también busca mandar un mensaje a los políticos japoneses sobre los peligros de la proliferación de armas nucleares. En Japón, actualmente se discute en el congreso si la nación asiática debe dejar atrás su política de cero armas nucleares, instaurada después de la Segunda Guerra Mundial, debido a la amenaza de China en el Océano Pacífico.
Este tipo de acercamientos con Obama, uno de los presidentes estadounidenses más interesados en el desarme nuclear, le sirven a Abe para legitimar su causa internacionalmente.
Pero las políticas de Abe también buscan que Japón cierre por fin el capítulo de la guerra sin necesidad de una disculpa directa.
La visita será un mes antes de que Donald Trump asuma la presidencia. El presidente electo y Abe se reunieron hace un par de semanas en la Torre Trump, en lo que fue la primer visita de un mandatario al magnate neoyorkino después de las elecciones presidenciales de noviembre.
La campaña de Trump ha encontrado en Abe a un aliado en Asia, lo cual podría resultar crucial en su política exterior con respecto a esta zona del planeta, ya que el mismo Trump hizo enfurecer a China después de platicar con teléfono de manera oficial con la primera ministra de Taiwan, una violación de los acuerdos bilaterales entre ambas potencias.
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