La pandemia de Covid-19 nos golpea con fuerza en todas las esferas de la vida pública y privada, no hay quien se salve. Uno de los mayores problemas en el ánimo nacional es la polarización que se vive durante las últimas semanas.
Los denominados chairos defienden hasta la obsesión cualquier tumbo y sinrazón proveniente del gobierno. Con lujo de destreza encuentran los caminos más sinuosos para culpar a los “otros” o a Felipe Calderón de los errores de la actual administración.
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Los chairos dejan poco a poco los medios tradicionales en busca de fuentes “fidedignas”, que parecen más que nada conspiratorias.
Los (auto) denominados fifís, celebran los tropiezos, esperan con un placer morboso alguna desafortunada declaración para asegurar que el país va directo al caos y que el país está en vías del comunismo (aunque la mayoría desconocen la diferencia entre comunismo, socialismo, nazismo o fascismo).
A esto se suman gobernadores norteños que buscan su autonomía fiscal, sureños que piden unidad.
Noticieros que dicen que todo está bien, frente a otros que colocan al país en escenarios más fatídicos que el italiano o estadounidense.
Algunos comentaristas no pueden disimular su éxtasis cada que una calificadora reduce las expectativas de México (como muestra de razón a sus sesudos análisis).
Ambos bandos capaces de forzar o torcer la realidad hasta que embone en sus pequeñas fantasías aunque requieran propagar cualquier fake news o adorar a líderes mediáticos cuestionables.
Más allá de las opiniones, de los países miembros de la OCDE, México es el que menos pruebas de Covid-19 realiza, a razón de 0.4 pruebas por cada mil habitantes. También tenemos una de las tasas de mortalidad más altas a nivel mundial, casi el 10 por ciento cuando a nivel mundial se ubica en 6.8%. Frente a las tremendas cifras, solo queda la arrogancia y necedad de decir que se está “domando” al coronavirus.
Aunque las pruebas son escasas, las muertes indican que el país da una tibia y mediocre pelea contra el coronavirus.
No debemos olvidar que desde hace muchos años el colapso del IMSS y el ISSSTE era la noticia del año. Sin medicinas, sin recursos, malos diagnósticos y gente muriendo en los pasillos, nos recuerdan que el sistema de salud de este país subsiste sobre piedras y palos desde hace más de 30 años.
Contrario a los ejemplos de los países con mejor desempeño frente a esta calamidad, decidimos (porque somos más brillantes y avanzados) utilizar el plan Centinela . Fingimos que estamos a la vanguardia por no aceptar que carecemos de personal, infraestructura y presupuesto para actuar de manera distinta.
No conforme con ello, a pocos días da la saturación en los servicios de emergencia de los hospitales públicos y privados (ya no hay camas para Covid-19 en el ABC, Médica Sur u Hospital Español) apenas se comenzó a hablar de la utilidad de utilizar cubrebocas. ¿Por qué no somos lo suficientemente humildes para aprender de la experiencia internacional?
A pesar de la tragedia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce los esfuerzos de México en el combate al Covid-19, incluso nos ha felicitado por tan buena labor.
Desde hace más de un mes Hugo López-Gatell rogaba no salir de casa, mantener las normas de higiene y distanciamiento social. La respuesta: la gente siguió festejando, saliendo, negocios y empresas abiertos e incluso gente vacacionando como si nada.
El desempeño del gobierno frente a la pandemia ha sido bueno para la mayoría de los mexicanos, entonces los que fallamos fuimos nosotros, la sociedad que aún cree que la homosexualidad se contagia, que los centroamericanos son invasores y que los pobres lo son porque quieren o porque tienen muchos hijos.
Somos esos irresponsable con las mayores tasas de obesidad a nivel mundial (con las enfermedades que conlleva), los que propagamos información falsa, los que menos mantenemos la sana distancia en América Latina y agredimos al personal sanitario o pacientes con Covid-19.
Pedimos milagros de nuestros dirigentes mientras seguimos siendo un país de salvajes.
NOTA AL CALCE:
Frente a una epidemia de desinformación, charlatanería e intenciones de crear pánico en la población, les recomiendo ampliamente seguir en Twitter al Doctor Francisco Moreno Suárez, del Centro Médico ABC, @DrPacoMoreno1. Encontrarán información útil y veraz para hacer frente al Covid-19.