Por: Salvador Guerrero Chiprés
@elconsejomx
Agradecer no es una acción que tengamos muy presente en este 2020 lleno de dificultades para todos.
El ánimo, en pleno semáforo rojo, está conflictuado entre que si estamos felices porque ya casi acaba el año o si estamos hartos porque aún no se va. Sin embargo, tenemos que reconocer que, en muchos sentidos, fue un año provechoso.
La contingencia cambió hasta nuestra forma de celebrar. Según la última encuesta Mitofsky, sobre fiestas decembrinas y covid-19, más del 33 por ciento de las personas no irá a ninguna cena, el 59 por ciento optará por una reunión pequeña, el 3.5 por ciento no sabe aún qué hacer.
Cambiamos nuestra forma de convivir y de pasar estas fechas, por nuestro propio bien y el de nuestros seres queridos.
Si bien, muchas y muchos de nosotros hemos perdido algo importante a causa de la pandemia –amigos o familiares, rutinas, actividades en compañía de otras personas o tomar clases presenciales– también hemos ganado y desarrollado habilidades.
En mi caso, por ejemplo, pude reunirme con más colegas en videollamada, y promover, desde la distancia, servicios de ayuda para quienes más lo necesitan.
Muchas personas aprendieron a cocinar y hasta se animaron a vender sus platillos por internet. Otras comenzaron a utilizar alguna red social a la que antes le hacían el feo.
La mayoría aprendimos que la salud física es muy importante, porque nos ayuda a generar defensas contra virus como la COVID-19, y sobre todo supimos que procurar la salud mental es un trabajo más complejo de lo que creíamos.
Es entendible que especialmente en esta Navidad y al final del año haya sentimientos de nostalgia, tristeza, frustración. Una forma de enfrentarlos es ver que la moneda también tiene una cara brillante.
Este año nos trajo muchas oportunidades de estudiar de forma electrónica, de manera gratuita o a bajo costo; aprendimos, nos hicimos más resilientes y fuertes, y afianzamos la confianza con quienes más queremos.
Si conocemos a alguien que aún no puede ver nada positivo de esta temporada, o que considera que no hay nada que agradecer, quizá esté deprimido y necesite ayuda.
Para ello, en el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México reforzamos, en este diciembre, nuestra atención psicológica, para brindar contención emocional a todas las personas que lo necesiten en esta Navidad o Año Nuevo.
Les contestamos a cualquier hora o día sin importar que sea festivo, y los escuchamos con detenimiento, sensibilidad y comprensión sin importar la hora o el día en nuestra Línea de Seguridad y Chat de Confianza 55 55 33 55 33.
“Gracias”, siempre ha sido una palabra difícil de pronunciar. Ahora lo es más. Pero si somos capaces de notar y de reconocer nuestros pequeños logros y oportunidades, aún en un momento complejo, podremos evolucionar y transformar nuestra vida, de forma positiva, de ahora en adelante.
__________________________________________
*Las columnas de opinión de Cultura Colectiva reflejan sólo el punto de vista del autor.