La discriminación se presenta en la escuela y la familia. Quizá si desde nuestros primeros años aprendiéramos que es inadmisible burlarse, invisibilizar, ignorar o encasillar a la personas por su forma de vestir, su género, orientación sexual o, en el caso de racismo, por color de piel o su origen étnico, la marginación disminuiría.
La verdad, todos hemos escuchado a alguien que descalifica a otro por “indio”. Ahora circulan los memes y stickers con la leyenda “jajatl”. Me refiero a esto porque el sábado se conmemora el Día Internacional de la Mujer Índígena, un buen pretexto para poner el tema sobre la mesa.
Orgullosamente, la sangre indígena corre por nuestras venas. Como inspiración y ejemplo, por accidente y por voluntad, por vocación y azar, destacan dos grandes mujeres que han reivindicado su raza a través de sus logros: la actriz Yalitza Aparicio y la corredora rarámuri Lorena Ramírez, quien ganó el primer lugar en la carrera UltraTrail Cerro Rojo de 50 kilómetros.
Cada que alguien se burla de una persona indígena, responde solamente a estereotipos y prejuicios. Durante este año, en el Consejo Ciudadano hemos recibido más de 150 reportes por discriminación de esa índole, a nuestra Línea de Seguridad o vía WhatsApp en el Chat de Confianza, ambos en el 55 5533-5533.
Ofrecemos atención jurídica y psicológica inmediata. Y, gracias un convenio que tenemos con Copred, podemos canalizar los casos de tal forma que estas conductas sean sancionadas o se creen mecanismos de protección y seguridad para la población indígena.
Es una tarea de todas y todos combatir estas actitudes nefastas de muchas personas. Todas las mujeres trabajan día a día para empoderarse, nos toca respetarlas y nos toca exigir a nuestra comunidad respete sus derechos y sean tomadas en cuenta.
Impidamos la discriminación y nos unimos por el respeto a todas las personas, por ser quienes son.
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*Las columnas de opinión de Cultura Colectiva reflejan sólo el punto de vista del autor.