Por: Joanna Pirod/ Tumoney.com
Antes de introducirnos al túnel del tiempo que nos trajo hasta Septiembre, México vivió uno de los acontecimientos más significativos en materia de derechos de las mujeres el pasado 8 de Marzo del 2020 con la marcha del Monumento a la Revolución al Zócalo capitalino que juntó a más de 100 mil mujeres, aunque las autoridades reportaron 80.
De ahí nos azotó la pandemia y nuestras preocupaciones se mermaron entre la crisis de salud, el pánico a un virus desconocido sin cura y a la evidente crisis económica que se asomaba. Hoy nos toca retomar el tema de las mujeres por muchísimas razones: la primera es que el promedio de mujeres asesinadas en México no ha parado y se estima que son al menos 10 mujeres las que mueren al día a causa de hombres por el hecho de ser mujeres. Otra razón es que el colectivo feminista #NiUnaMas tomó las instalaciones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos a cargo de Rosario Piedra, de quien piden renuncia, ya que no ha dado la atención ni los resultados satisfactorios a los familiares de las víctimas, quienes también permanecen en las instalaciones.
La tercera y última es la clara indiferencia del Presidente de México que, lejos de mostrar empatía y disposición al diálogo con los familiares de las víctimas, los tacha de “conservadores” como si ser conservador anulara el hecho de tener una mujer en tu familia que ha sufrido de acoso, violación, machismo, tortura o asesinato por el simple hecho de ser mujer para luego ser ignorado por las autoridades y posteriormente revictimizado por las palabras insensibles del mandatario mexicano.
Hoy retomamos el tema por las anteriores razones y porque definitivamente las cosas no pueden seguir así en México. Para ser totalmente honesta antes no entendía porqué los colectivos feministas rayaban, quemaban y quebraban todo a su paso durante sus manifestaciones. Con el tiempo me di cuenta de que mi perspectiva era completamente privilegiada y que ese privilegio no me permitía ver la rabia, el dolor y la impotencia a la que están expuestas la mayoría de las mujeres en México. Las que tienen familias abusivas, las que tratan de “putitas” desde que nacieron, las que son abusadas sexualmente por familiares desde niñas, las que tienen que usar transporte público todos los días y se exponen a ser abusadas u ofendidas, las que tienen que salir a trabajar diario para llegar a ser sexualizadas por sus colegas en el trabajo, las que no pueden ascender de puesto sino cogen con su jefe, las que no se pueden vestir libremente porque están “provocando a los hombres”, las que son más frágiles que yo, las que no tienen medios para defenderse propiamente, las que no tienen un micrófono, todas las demás.
Mientras en México nuestros comunicadores e influencers como es el caso de Luisito Comunica hablan con soltura y en tono burlón sobre el abuso y violación de mujeres porque la cultura del machismo es tan arraigada que es “normal” y porfa no te vayas a ofender, existen desde hace años campañas en contra de este tipo de trato y lenguaje como el caso de “Dear Daddy” de Norguega en 2016. La idea es clara y bastante básica: Querido Papá, cuando estés más joven, antes de que yo nazca, si escuchas a otros hombres, familiares, amigos o colegas hablar mal o tratar mal a una mujer no lo permitas. Si lo permites esa mujer eventualmente voy a ser yo. Y si. Así es y es lo que ni Luisito ni sus defensores entienden.
No nos ofendemos fácilmente, de hecho todo lo contrario, simplemente no creemos que la situación social y política del país, donde diario se matan a 10 mujeres, permita por mínimo que sea, una burla o alusión al abuso o violación de otra mujer. Perdón.
Sabemos que este tema es nuevo para muchos y personalmente comprendo que no está en el entendimiento de muchas personas lo que muchas mujeres tenemos que hacer para realmente demandar justicia y hacernos respetar. Y si es necesario ponerte incómodo y romper unos cuantos vidrios se hará lo que se tenga que hacer. Como se hizo en su tiempo para buscar darle dignidad a los derechos de las comunidades afroamericanas en EEUU y como lo están haciendo ahora dado que el racismo nunca paró.
En México estamos viviendo en un tiempo que va a definir la situación de las mujeres en todos los aspectos a futuro y ya no hay marcha atrás. El abuso, la negligencia y la burla ya llegaron a su límite con nosotras y ya no vamos a ceder. No esperamos que todos lo entiendan ni buscamos su empatía, solo estamos seguras de que lo que se tiene que hacer ahora debe ser contundente para que eventualmente todas las mujeres de México puedan estar protegidas en sus casas, puedan a ir a trabajar seguras y puedan aspirar a trabajar y a desarrollarse tranquilas sin tener que estar constantemente a la defensiva.
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*Las columnas de opinión de Cultura Colectiva reflejan sólo el punto de vista del autor.
