Como si no tuviéramos bastante, la administración que encabeza Donald Trump decidió que los estudiantes universitarios internacionales podrían ser deportados si no comprueban que están cursando alguna materia in campus; en otras palabras, si los alumnos no estadounidenses, sin importar el nivel académico (Associate Dregee, Bachellor, Master y Ph. D), toman clases en línea, tiene que regresar a su país de origen.
Me explico. Quienes estudian en Estados Unidos reciben un visado conocido como F-1 y M-1; a estas, se agrega un documento que valida la estancia “temporal” y que se conoce como formato I-20, que es un certificado de elegibilidad para estatus de estudiante F-1 y que es proporcionado por la institución educativa. Esto es un aval de que la universidad se hará cargo del estudiante durante su estancia y se entrega a Migración o a la embajada del país de origen del estudiante.
El lunes 6 de julio, la U.S. Immigration and Customs Enforcement’s, mejor conocida por sus siglas como ICE, emitió un comunicado en el que explica lo que resumí al iniciar esta columna. Llama la atención que este documento no aparece en el sitio en español de esta agencia.
Trump (que por fin decidió usar cubrebocas) estaría buscando que las universidades vuelvan a la presencialidad, a pesar de que el estado de emergencia declarado en marzo no se ha levantado y que los contagios no han disminuido. Esto, según analistas de aquel país podría ser parte de su agenda de campaña, pues de otra forma no se entiende que pretenda que las universidades pierdan el dinero que ganan con los estudiantes extranjeros, que son quienes sostienen a estas instituciones, a pesar de ser, en la mayoría de los casos, solo una cuarta parte de la comunidad universitaria.
Ante esta situación, el miércoles 8 de julio, Harvard y el Massachusetts Institute of Technology (MIT) interpusieron una demanda contra el gobierno central ante un tribunal federal, buscando -por lo menos- una suspensión temporal, así como un mandato judicial que impida que esta medida entre en vigor. A esta demanda se sumaron en un anexo Cornell, Princeton, Stanford, Yale, USC, Georgetown, Dartmouth, entre otras.
Warning – Long tweet thread coming. I’m summing up the Harvard v. DHS complaint challenging ICE in its attempt to force F-1 students to leave the US if their courses are being offered online this fall. They lawyers did a superb job. I think you’ll find this interesting.— (((Greg Siskind))) (@gsiskind) July 9, 2020
Se esperaría que el gobierno de México se pronuncie y defienda a los connacionales que estudian allá; sin embargo, y a unos días de la visita de López Obrador a Estados Unidos, la embajadora Martha Barcena dijo en un foro organizado por el Center for U.S.-Mexican Studies at the UC San Diego School of Global Policy and Strategy (USMEX) que esto podría ser “una oportunidad para México, para que vengan más estudiantes a México, o se queden en México”, haciendo la aclaración de que habría que fortalecer nuestros sistema educativo, pero alegando que esta medida no solo afecta a los mexicanos, y que las universidades ya están haciendo algo al respecto.
Paulina y Roberto son estudiantes de Doctorado en la University of Southern California. Ellos viven en el Housing USC y, además de tomar clases, son asistentes de profesor; a esto se suma que están becados: son alumnos de excelencia.
Tras el anuncio del lunes, sus preocupaciones aumentaron. La USC ya había determinado que las clases serían híbridas; sin embargo, hubo un repunte de casos de Covid-19 en el condado de Los Ángeles hace dos semanas, y aunque se decidió mantener el modelo híbrido, solo 10 por ciento de la comunidad acudiría al campus. La universidad busca evitar a toda costa que los estudiantes internacionales sufran algún tipo de discriminación por su estatus migratorio, y quieren darles todas las opciones posibles, incluida estancia en el housing. Además, si necesitan inscribir una materia extra on campus, no tendría ningún costo.
En el peor de los escenarios, si la demanda no prospera y no tuvieran la oportunidad de inscribir esa materia para asistir al campus, tendrían que regresar a México. Aparentemente, esto no sería un problema, porque la “frontera” aérea entre ambas naciones está “abierta”. Esto podría darse de dos maneras: una baja temporal mientras cambia la ley, o seguir estudiando en línea; sin embargo, dejarían de recibir su sueldo por no estar en el campus y, lo más grave, podrían perder su beca por no estar fisicamente en la universidad.
Este no es el caso de los estudiantes europeos, ya que, si recuerdan, la Unión Europea prohibió la entrada a cualquier persona que intente viajar desde los Estados Unidos. Entonces, esta determinación del gobierno de Trump podría provocar que los estudiantes se queden como ilegales en el país, lo que implicaría que si son detenidos, los deportarían y podrían perder todo lo que han invertido y no les estaría permitido regresar hasta después de 10 años.
Las universidades han argumentado que esta decisión del gobierno es cruel, ya que no está tomando en cuenta el problema de salud que están viviendo en aquel país. A esto se suma que perciben que hay partidarios de Trump que están presionando para frenar la migración legal, para que se reduzca la expedición de visas para estudiantes y permisos de trabajo, ya que consideran que los extranjeros, al graduarse, compiten con los domésticos por un empleo.
Por su parte, Kenneth T. Cuccinelli II, subsecretario interino del Departamento de Seguridad Nacional, en una entrevista concedida a CNN, dijo que esta medida apoya a los estudiantes internacionales más que en el pasado, pero que si no van a estudiar o van a tomar las clases en linea, mejor que regresen a casa y vuelvan cuando las escuelas abran.
Desde el punto de vista de Paulina y Roberto, la USC ha hecho todo lo posible para que no corran riesgos, pero esto no significa que las autoridades migratorias respeten las acciones de las universidades.
Habrá que esperar la determinación de la corte federal que lleva el caso, y aunque Trump pierde casi siempre ante el poder judicial, los grupos de poder detrás de él podrían buscar otros caminos para lograr su cometido.
Mientras, en el Housing de USC, las horas pasan largas ante una disposición que los pueden mandar a casa.
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*Las columnas de opinión de Cultura Colectiva reflejan sólo el punto de vista del autor.