El desamor encuentra en las letras un camino distinto para ser expulsado de nuestra alma, tomando la forma de noches de nostalgia, fotografías en la memoria y canciones vacías. El siguiente poema nos lleva por aquellos senderos de dolor que muchos compartimos…
Siento las mejillas húmedas.
Trato de ver lo que sucede,
Pero sólo puedo sentir el frío
De las gotas que caminan en mi rostro.
Deseo abrir los ojos para entender lo que pasa,
Pero los siento pesados… y me intriga no ver nada.
No escucho el tictac de ese músculo interno
Que nos recuerda que el pulso no es eterno.
Me siento pesado, roto, marchito,
Pero aún hablo, en mi mente por desgracia, ya no grito.
De mis labios ya no emana ni un sonido
¿Qué está pasando?, me repito.
El tiempo pasa lento, si es que avanza…
Porque ya no distingo el ayer del mañana.
Creo que estoy muerto, pero creo que estoy vivo,
Aunque no siento que respiro;
Creo que estoy en un lugar demasiado tranquilo,
Solo, donde ya no escucho ruido.
Trato de mover mis piernas para salir a buscarte,
Pero me doy cuenta que es inútil desplazarme.
Percibo movimiento en todos lados, escucho hablar a la gente,
Pero pareciera simplemente que no pueden verme.
Y guardo un poco de aliento, por si te escucho a lo lejos
Pedirte un último abrazo, de esos que a pesar de querer ya no podrán ser.
Aquí ya no hay ni calor ni frío,
Desearía tocar tus pies para sentirme contigo.
***
El desamor en letras, en pinturas, en canciones es la inspiración de muchos creativos. Si deseas sacar aquellos sentimientos de tristeza de ti de una manera original, te compartimos 7 consejos para escribir poesía y no morir en el intento.