Si bien la literatura en Latinoamérica, en opinión de los europeos de principios del siglo XX, se consideraba escasa y poco importante, a partir del llamado boom latinoamericano surgieron narradores, principalmente novelistas, a lo largo de todo el continente. Es en ese momento cuando el grueso de los lectores voltea a ver lo que se está escribiendo del otro lado del mundo. Entonces se comentan nombres como Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes, Alejo Carpentier y muchos más. Por Argentina la lista es de lujo: Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Ricardo Piglia, Adolfo Bioy Casares, Rodolfo Walsh, Manuel Puig, etc.
Un factor muy importante en el desarrollo de la literatura argentina del siglo XX es la presencia de las revistas culturales, pues en ellas se daba impulso a nuevos escritores y académicos, quienes, desde esta trinchera, publicaban poemas, cuentos e incluso opiniones políticas o literarias. Una de las más importantes fue la Revista Sur que apareció en 1931, fundada por la escritora y editora Victoria Ocampo. La Revista Sur permaneció activa más de 60 años y llegó a publicar más de 370 ejemplares. Contó con las colaboraciones de Gabriela Mistral, Jorge Luis Borges, Bioy Casares, Federico García Lorca, Silvina Ocampo, Ernesto Sabato, Alfonso Reyes, Octavio Paz, Pablo Neruda, María Luisa Bombal y una infinidad de intelectuales que la colocaron como una de las más trascendentales voces de la literatura del siglo XX.
Argentina es un país muy rico en diversidad cultural. Al tener una longitud mayor a los 3.500 km, la literatura del sur, norte o la llamada “porteña” (Buenos Aires) son tan parecidas como disímiles. Los temas frecuentemente han estado vinculados con la historia y la realidad del país suramericano. Situaciones como la dictadura militar de Videla, la guerra con Inglaterra por las Malvinas o el peronismo conviven con los temas de Gauchos y amores de provincia.
El juguete rabioso (Roberto Arlt, 1926)
El nombre original que Roberto Arlt tenía pensado para la novela era “La vida puerca”, título que fue cambiado por parecerle demasiado agresivo al editor. Es, sin duda, una de las novelas más desgarradoras y violentas de la Argentina de inicios del siglo XX. Se desarrolla en los barrios más bajos de Buenos Aires. Su protagonista y narrador es, ante todo, un perdedor. Emprende distintas empresas que siempre fracasan (situación en la que coincide con el mismo autor), incluso cuando intenta entrar a la escuela de aviación lo echan por considerarlo “demasiado inteligente”, fracasa como ladrón, como librero e incluso fracasa en su intento de suicidio. El autor capta, con gran maestría, el uso del lunfardo, una jerga de los barrios bajos de Buenos Aires que mezcla palabras extranjeras (italianas principalmente) y localismos. La novela cuenta con dos versiones cinematográficas: una de 1984 y otra de 1998.
El sueño de los héroes (Adolfo Bioy Casares, 1954)
A diferencia de la novela de Arlt, en El sueño de los héroes se cuenta la vida de la clase acomodada de Buenos Aires en la década de 1920. Incluso en ciertos momentos retrata la vida de Carnaval, en la que bajo las máscaras todos se mezclan y pueden fingir ser otro. Es una historia de amor y duelos a muerte con tintes fantásticos.
Operación masacre (Rodolfo Walsh, 1957)
Operación masacre no es una novela del todo, pues es considerada la primera obra de ficción narrativa (término que alude a las obras que se insertan entre la ficción y el reportaje, basadas en hechos reales y ayudándose de recursos narrativos y periodísticos). De hecho fue publicada varios años antes que A sangre fría, de Truman Capote. Cuenta la historia los llamados fusilamientos de José León Suárez perpetrados por la dictadura que derrocó al presidente Perón.
Sobre héroes y tumbas (Ernesto Sabato, 1961)
Una de las más grandes novelas del siglo XX. Cuenta la historia de Alejandra y Martín, dos jóvenes con terribles pasados que se enamoran a su manera. Sabato retrata con soberbia los distintos estratos sociales de mitad de siglo. Cada personaje representa una sociedad, un mundo. Sucesos como el bombardeo del 16 de junio de 1955 a la Plaza de Mayo son el escenario en el que Martín descubre los oscuros secretos de su amada. La historia comienza con la noticia de un asesinato y suicidio, el descubrimiento de un diario obliga a las autoridades a replantearse el caso.
Rayuela (Julio Cortázar, 1963)
Probablemente una de las novelas más famosas del siglo XX. Rayuela es un mundo en sí misma. Si bien fue escrita en Francia y parte de la trama ocurre en ese país, los personajes representan a un sector de los llamados intelectuales suramericanos. La novela tiene la peculiaridad de que puede ser leída de diferentes maneras, ya que el mismo Cortázar propone distintas maneras de acercarse a ella. En la novela se dan cita Horacio, la Maga y su grupo de amigos, además de una gran cantidad de escritores, músicos y artistas.
El beso de la mujer araña (Manuel Puig, 1976)
Una novela que estuvo prohibida en el país suramericano durante la dictadura militar. Narra la historia de dos hombres que comparten celda: uno de ellos es un joven preso político y el otro es un homosexual maduro acusado de perversión de menores. Entre ambos se crea una relación basada no sólo en sus puntos comunes, sino en las formas tan diferentes que tienen de ver la vida. El primero es un idealista que cree en la unión del pueblo para derrocar a un gobierno opresor y el otro es un sentimental enamorado de las películas amorosas y los boleros. Ambos son unos románticos a su manera. La novela cuenta con una adaptación cinematográfica e incluso un musical.
Santa Evita (Tomás Eloy Martínez, 1995)
Los personajes principales de esta novela son, por un lado, Eva Perón y la importancia que toma a partir de su propia muerte, y en segundo lugar el sentimiento de devoción hacia ella. Un pueblo que se reúne y es capaz de seguir algo que es más un símbolo que una persona.
Plata quemada (Ricardo Piglia, 1997)
La novela está basada en una historia real acerca del asalto a un banco en Buenos Aires en el año 1965. En ese hecho se ven implicadas autoridades de distinto nivel, desde policías locales hasta políticos. Se hizo una adaptación al cine en el año 2001. La película y la novela han sido demandadas en diversas ocasiones por familiares de los señalados como cómplices.
***
No todos los grandes clásicos están impresos en grades pliegos de papel, de hecho muchas de las mejores historias están contenidas en apenas unas cuantas páginas que los autores aprovechan al máximo para plasmar sus mejores ideas a fin de que lleguen incluso a aquellos que apenas pueden permitirse unos breves instantes para entregar toda su atención a la lectura.