Sophie de Wessex es, quizá, el miembro de la Familia Real Británica más discreto, sencillo pero a la vez admirable. Es nuera de la Reina Isabel, esposa del príncipe Eduardo, hijo más pequeño de la Monarca y el fallecido príncipe Felipe. Tiene el título de condesa de Wessex y tratamiento de Alteza Real.
Es la favorita de sus suegros, comparte muchas aficiones con la Reina y los visita con mucha frecuencia. Se ha mantenido siempre al margen de cualquier escándalo, en todas las polémicas de la Familia Real nunca se habla de ella porque cuenta con una personalidad bastante discreta. Contrario a Sarah Ferguson, exesposa del príncipe Andrés y mamá de Beatriz y Eugenia.
Tiene un estilo elegante, impecable y exquisito. Muchas veces ha sido comparada con Lady Di pero la realidad es que Sophie tiene su propio estilo, no le copia a nadie y es un auténtico ícono de la moda elegante.
Sophie es el balance perfecto entre lo arriesgado y lo clásico. Es capaz de incluir tendencias con siluetas finas y sofisticadas. En los últimos años los reflectores han estado sobre Kate Middleton y Meghan Markle pero sin duda su estilo merece tener foco; es más, es de las royals que más sabe de moda. Kate muchas veces confesó que Sophie es la que le ayuda a comprar ropa.
Sophie trabaja duro para la Corona Británica pero es de las que menos llama la atención. Es jefa de aproximadamente 70 organizaciones benéficas y se ha convertido en un portavoz de la Reina y la familia en general.
Su estilo es sencillo, minimalista y exquisito.
Siempre fue comparada con Lady Di por su parecido físico. Cuando conoció a su ahora esposo, el príncipe Eduardo, la Familia Real estaba envuelta en fuertes escándalos: los divorcios de los hijos de la Reina Isabel; Carlos, el primogénito, y Andrés. Además, se sabe el triángulo amoroso en el que Carlos, Camilla y Diana estaban envueltos.
La Corona no quería un escándalo más así que les pidieron a Eduardo y a Sophie que tuvieran un largo noviazgo antes de contraer matrimonio. Seis años pasaron para poder llegar al altar. Mientras el momento llegaba, la joven Sophie llevaba el pelo corto que todos relacionaban con Diana, blazers que todos relacionaban con Diana y lentes que, también, todos relacionaban con Diana.
No teme usar colores. Es típico en las mujeres de la Familia Real, quieren usar prendas sobrias, colores discretos y no salen más de un rojo quemado. Sophie no, sobre todo en los 90 se atrevía a usar las tonalidades más vivas, las líneas más atrevidas y los estampados que no se atrevían.
Su boda con el príncipe Eduardo fue espectacular y esperada. Todos querían ver en el altar al hijo menor de la Reina Isabel y el príncipe Felipe. Sophie eligió un vestido bellísimo con escote en V, manga larga, falda larga y gran velo que combinó con un collar de perlas y dije de cruz que complementó con sencillos aretes a juego.
Llevar sombreros o pamelas no es sencillo, solo basta con googlear ‘sombreros ridículos de la realeza’ para ver muchísimos resultados de royals que no han sabido combinar este elegante accesorio; pero en esta búsqueda no verás a Sophie, ella tiene un gusto tan fino y exquisito que ha sabido elegir los ideales para sus conjuntos.
No le teme a las combinaciones ‘prohibidas’, todas sabemos lo difícil que es llevar un vestido blanco; Sophie sabe cómo hacerlo y además destacarlo con azul marino de forma elegante y espectacular.
Sophie está consciente de su edad y la destaca de la mejor forma. Cuando los eventos son más informales sabe qué vestidos utilizar y los combina increíbles.
Tiene un papel muy importante en la Realeza Británica pero los reflectores siempre han estado en otras mujeres. Definitivamente ella merece los ojos que por muchos años robó Lady Di, Kate o Meghan.
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