La costumbre de los matrimonios infantiles acordados es una tragedia que todavía sucede en muchas partes del mundo.
La visión occidental del matrimonio, a menudo idealizada como una manera de inaugurar el amor, la felicidad y la seguridad, ha dificultado la visibilización del problema que representa, sin embargo este tipo de matrimonios son los menos comunes.
De acuerdo con el Informe Mundial Human Rights Watch 2016, aproximadamente una de cada tres niñas en el mundo en vías de desarrollo se casa antes de los 18 años; una de cada nueve, antes de los 15.Son los países asiáticos, africanos y de medio oriente en donde más normalizado está el matrimonio infantil. Este hecho, en gran parte, se debe al papel que las mujeres han jugado a lo largo de la historia y dentro de la cultura de estos países; comúnmente regidos por hombres y por una cultura machista muy radical.
Una de las regiones donde más normalizado y brutal es el matrimonio infantil arreglado es Tanzania, donde las mujeres son utilizadas como moneda de cambio y muchas veces su valor es menor, incluso, que el de una vaca.
En la última sesión del Parlamento de Tanzania, se aprobó una nueva enmienda a la ley de educación que estipula que si un hombre contrae matrimonio con una mujer menor de 18 años, será condenado a 30 años de prisión al igual que sus progenitores.
Sin embargo, las autoridades y varios activistas que intentan acabar con esta tradición han chocado con la incomprensión de los ciudadanos que no ven nada malo en estos casamientos acordados.“Tenemos sólo una hija, por eso tenemos pocas posibilidades de obtener vacas”, explica la madre de una niña de 13 años a quien ya buscan con quién casarla.
Además de ser utilizadas como moneda de cambio, el valor de las mujeres también disminuye cuando éstas están educadas.
“Los hombres quieren casarse con niñas muy jóvenes”, ya que así se adaptarán “más fácilmente a su nueva familia”. “Las niñas educadas no tienen tanto valor, no son buenas amas de casa. Quieren tener su propia opinión sobre todo, están malcriadas”, explica un ciudadano tanzano en una entrevista para RT.
El matrimonio infantil es complejo y varía ampliamente en todo el mundo. Por lo tanto, los gobiernos comprometidos a acabar con el problema deben emplear un enfoque crítico e integral que se adapte a los contextos locales y a las comunidades diversas donde se piensan implementar.De no enfrentar el problema, los gobiernos y las comunidades están destinados a caer en un círculo vicioso que fomenta la pobreza, los abusos, las enfermedades, la falta de educación y las violaciones a los derechos humanos.
Nuestro mayor reto actualmente, no son los problemas políticos y económicos, es nuestra falta de capacidad para humanizar a las sociedades.
*
Podría interesarte:
No todo son feminicidios, ahora hablemos de la trata de mujeres.
Fotografías de la trata de personas y la explotación sexual que deben soportar niños, mujeres y hombres.
El polémico “tutorial” que enseña a las mujeres maltratadas a esconder moretones (Video).