La disfunción eréctil o impotencia es cuando un hombre no puede lograr una erección o mantenerla por largos periodos, lo cual suele afectar su vida sexual y la de sus parejas. Aunque el padecimiento es tratable (dependiendo sus causas), la mayoría de los individuos se rehúsa a ir con un médico para iniciar un tratamiento y solucionar su problema; esto sucede por ignorancia, por miedo a ser juzgado o por un simple tabú sexual. La mitad de los hombres mayores de 40 años padecerán de disfunción eréctil, pero se cree que cada vez son más los jóvenes quienes sufren de esta condición.
Así que, si lo padeces, antes de que intentes métodos caseros o viagra del mercado negro, considera los siguientes puntos, ya que quizás así veas qué es lo que lo está provocando y cómo puedes solucionarlo.
_
Sal
Como se ha demostrado, el exceso en el consumo de sal puede provocar problemas cardiovasculares, lo cual afecta directamente al flujo sanguíneo que pasa hacia el pene, culminando en disfunción eréctil. Prácticamente, la sal juega un papel importante en la presión sanguínea y en algunos casos también puede ser una causa de hipertensión. Se aconseja reducir la cantidad de sal en la comida, pero también evitar alimentos que tengan un alto contenido en sodio.
_
Alcohol en exceso
Claro, a muchos les suele ayudar e incluso puede servir para pasar un mejor rato, sin embargo, esto sucede cuando los tragos son pocos. Si el hombre suele beber demasiado lo más probable es que no tenga una erección o le sea imposible desempeñarse. El alcohol es un agente depresivo que bloquea los impulsos nerviosos e impide el paso de información del cerebro al resto del cuerpo, pero además de eso, su consumo excesivo también provoca alta presión sanguínea, lo cual –de igual forma– afecta a las erecciones.
Normalmente el pene se llena de sangre y los vasos sanguíneos se cierran impidiendo que la sangre se vaya a otro lado. El exceso de alcohol hace que los vasos se “expandan”, lo cual permite que haya más flujo de sangre, pero impide que se cierren, así que, aunque haya erecciones, será difícil mantenerlas.
_
Refresco / bebidas altas en calorías
Distintos estudios publicados en la Librería Nacional de Medicina de Estados Unidos afirman que, aunque no es posible hallar un vínculo entre el consumo del refresco y la disfunción, sí existe una correlación con los problemas cardiovasculares, la obesidad y la dificultad de mantener una erección. El exceso en el consumo de refresco puede provocar complicaciones en la salud, incluyendo subidas de peso, lo cual aumenta la probabilidad de sufrir condiciones de la presión o del corazón, lo que influye directamente en el desempeño sexual, por ese motivo se recomienda tomar agua, ya que reduce el consumo de calorías y sirve para llevar una vida más sana.
_
Fumar
Similar a como sucede con el alcohol, se ha demostrado que el tabaco afecta directamente a los vasos sanguíneos haciéndolos más débiles. Así que es posible tener erecciones pero resulta difícil mantenerlas porque los vasos no tienen la fuerza suficiente para mantener la sangre ahí o impedir el contraflujo.
_
Pornografía
La masturbación no es mala, pero el exceso del consumo de pornografía podría generar problemas psicológicos que influyan en la disfunción eréctil. Esto sucede sólo en algunos hombres y depende mucho de la cantidad de pornografía que vea al día y de la relación entre el estímulo y la masturbación. Si el sujeto se acostumbra a recibir placer de cierta forma, mirando videos en su pantalla, es posible que cuando esté frente a una mujer “real” no pueda generar una erección, ya que está condicionado a hacerlo sólo frente a su celular o computadora y está acostumbrado al estímulo visual específico.
_
Ansiedad
La ansiedad por el desempeño puede provocar disfunción eréctil. El cerebro se enfoca en el miedo e impide que se relaje para permitir que se mantenga una erección. Asimismo, la ansiedad incrementa el ritmo cardiaco haciendo que el flujo de la sangre sea irregular. De igual forma, el miedo, la depresión o la preocupación por otras cosas (como el trabajo o la baja autoestima) son factores que influyen directamente en el desempeño sexual. El paciente necesita ayuda psicológica para superar esos conflictos y mejorar su vida sexual.
Un hombre puede sufrir de bajo impulso sexual por una mala alimentación. La alta cantidad de calorías en el cuerpo, la falta de ejercicio, un estilo de vida sedentario y otros factores pueden influir para que alguien no pueda lograr una erección, provocando momentos de incomodidad, lo cual eventualmente puede dejar una marca psicológica que afecta gravemente al sujeto. Si tienes este problema cambia tus hábitos, y si eso no funciona, acude a un médico, él te dará una solución.