“Los polos opuestos se atraen”, reza el dicho popular. De ahí que las personas tímidas o introvertidas encuentren frecuentemente una pareja alegre, desinhibida y dispuesta a entablar conversación con cualquier persona, y viceversa. Es una cuestión de balance, el punto medio entre lo audaz y lo sensato, la aventura y la tranquilidad.
Según la sabiduría popular, esta ley funciona para mantener la cohesión en la vida de una persona, evitando caer en extremos. Esta explicación se mantiene vigente en la sociedad actual, que considera que la atracción funciona de la misma forma que dos polos magnéticos con carga opuesta, sin ninguna otra explicación satisfactoria de por medio, hasta ahora.
Las personas suelen enamorarse de quien menos imaginan. Un nuevo compañero de trabajo, el chico menos atractivo de la escuela o alguien que aparece en el horizonte romántico como totalmente indiferente, hasta que se convierte en una obsesión o un gusto culposo. De la misma forma, las personas consideradas más atractivas pueden lucir fantásticas a lo lejos, pero una vez cerca, un contacto físico como bailar, un beso o abrazo puede dejar una sensación de decepción distinta a la esperada.
¿Por qué nos enamoramos de alguien que no nos gusta tanto?
La lógica del enamoramiento parece funcionar de formas improbables y jugar algunas bromas. Mientras dos personas se conocen y platican de generalidades, un análisis más allá de lo físico se completa en el cerebro de cada uno. Entonces el cuerpo lleva a cabo procesos complejos que ni siquiera imaginamos: por más que parezca, no se trata de sus ojos, la forma de sus labios, la seguridad con que se desenvuelve o el encanto que tiene para charlar la verdadera razón por la que no puedes dejar de mirarlo ni un segundo.
No has encontrado a tu media naranja, ni se confirma la extraña regla de los polos opuestos. En realidad, el sistema inmunológico tiene la última palabra para elegir a la pareja sexual ideal. Investigadores de la Universidad de Paraná en Brasil, liderados por Maria da Graca Bicalho, directora del laboratorio de Inmunogenética e Histocompatiblidad, comprobaron que el sistema de defensas juega un papel esencial en la elección de pareja: se trata de un mecanismo desarrollado a lo largo de miles de años de evolución, que está unido a la trampa de la atracción sexual para perpetuar la reproducción de la especie.
Según Bicalho, el olfato es el sentido que en última instancia, determina cuán atractiva resulta una persona para tener sexo con ella. A través de la nariz, el cuerpo evalúa algo que considera más importante que la sonrisa, los músculos o su forma de vestir: se trata del Complejo Mayor de Histocompatibilidad (CMH), el sistema de defensas que lo ayuda a diferenciar entre los organismos patógenos y las células propias del organismo.
El CMH, responsable de la atracción sexual
De la misma forma que un equipo requiere de distintos tipos de talento para funcionar mejor, el cuerpo humano se encarga de generar atracción entre dos personas que con un CMH distinto. El objetivo de este mecanismo es tan simple como increíblemente elaborado: a través de la elección de una pareja sexual con un CMH completamente distinto, la posibilidad de que los descendientes adquieran mayor resistencia a una variedad de enfermedades aumenta dramáticamente.
Los caracteres heredados del sistema inmunológico de sus padres provocan alteraciones en los individuos y proveen un sistema mejorado de defensas. A través de las neuronas olfativas, el cuerpo es capaz de detectar la variación de CMH de cualquier potencial pareja sexual y decidir si su aroma resulta atractivo y existe mayor contacto o bien, por más físicamente interesante que resulte, la atracción no culmina en excitación sexual.
«Nuestra investigación demuestra que (el CHM) ayuda a que las siguientes generaciones nazcan con un sistema inmune fuerte para hacer frente a distintos tipos de infecciones». Maria da Graça Bicalho
El CMH no sólo interviene en la elección de pareja, sino también se encarga de generar un mayor deseo y aumentar la satisfacción derivada de un encuentro sexual. Así que la próxima vez que te preguntes por qué estás perdidamente enamorada de alguien que físicamente no te parecía del todo atractivo, recuerda que eres víctima de un mecanismo de miles de años en busca de crear seres humanos más resistentes a distintas enfermedades.
Descubre cómo funciona la ciencia detrás de la sexualidad y engaña a tu cerebro tras un encuentro casual después de leer cómo evitar enamorarte de alguien según la ciencia. ¿Qué tiene el sexo de maravilloso que nos ocasiona tanto placer, apego y sentimientos en común cuando lo compartimos con alguien más? Conoce la respuesta desde un punto de vista evolutivo en sexo: la trampa más placentera que jamás ideó la naturaleza.
*Este artículo fue publicado con anterioridad y ha sido editado
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