Aunque intentes negarlo, cada persona que conoces es una pareja sexual en potencia. Nada más mirar a alguien –y casi sin advertirlo–, tu cerebro analiza las características del sujeto que tienes frente a ti: no sólo las más evidentes como su forma de vestir, los rasgos físicos que consideras más atractivos o el aroma que despide, sino un análisis completo de sus habilidades como pareja sexual y reproductiva para criar hijos.
–«¡Qué intenso!», podrías pensar, pero no se trata de tu cerebro exigiendo que dejes la soltería a cualquier precio, sino de un mecanismo tan antiguo como la humanidad, una serie de vestigios evolutivos que ayudaron a la humanidad a subsistir y esparcirse por todo el globo a partir de la reproducción sexual y con ella, a crear nuevas generaciones que heredaron las características más desarrolladas de sus padres. Esto, a su vez, devino en una especie mejor adaptada a su entorno.
Así es como, casi de inmediato, puedes saber si alguien te atrae por encima del resto. Entonces separas a esa persona en tu mente, fijas tu atención y comienzas a indagar en sus características: ¿será inteligente?, ¿qué clase de música escucha?, ¿estará en una relación?
Con un poco de suerte, esa persona también se fijará en ti y comenzarán una relación que dependerá de los conceptos de ambos sobre lo que esto significa y las normas aceptadas como válidas y deseables en la sociedad, pero…
¿Qué define si estarán juntos? ¿Cómo saber si su relación será un éxito o un fiasco del que ambos estarán arrepentidos?
Un estudio de la Universidad de Davis en California trató de encontrar los patrones que, en un principio, definen si una relación será fructífera o efímera, pero al inicio ambos tipos de relaciones lucen idénticas. Lo cierto es que existe un momento de quiebre, un instante en que el interés romántico aumenta o declina, provocando el inicio de una relación formal o una ruptura temprana:
«Los investigadores encontraron que el interés romántico aumenta al mismo ritmo en las relaciones a corto y largo plazo. Pero en algún momento, el interés romántico tiende a estabilizarse y a disminuir en las relaciones a corto plazo, mientras que en las relaciones a largo plazo continúa ascendiendo y alcanza un punto más alto».
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El sexo: más importante de lo que creías
Aunque resulta imposible saber con certeza cuál es ese momento, la ciencia aporta algunos indicios que pueden ayudar a aclarar cuáles son los factores que intervienen en él. Tal parece que la diferencia entre el “me gusta para un rato” o “me gusta para algo bien” podría no estar en los planes a futuro, la visión de la vida o los gustos en común, sino en algo mucho más sencillo y poderoso a la vez: el sexo.
«Las personas que tienen sexo con quien salen por primera vez y piensan “wow, esto es bastante bueno” intentan convertir esas experiencias en relaciones a largo plazo, mientras que quienes tuvieron una reacción negativa al primer encuentro sexual suelen dejar su relación en algo de corto plazo», afirmó Paul Eastwick, profesor de psicología y líder del estudio.
El sexo parece ser más importante de lo que se creía para definir si una relación tiene futuro y se extenderá a largo plazo o bien, terminará en un par de meses. En promedio, parece que la calidad del primer encuentro sexual influye poderosamente en la percepción de la pareja y sobre todo, en la idea de llevar una relación más allá. No sólo se trata de una actividad placentera y relajante, también de un poderoso conector entre personas que provoca amor, afinidad y otros sentimientos positivos.
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