Desde el inicio en la historia de la vida, los individuos se han agrupado en conjuntos de poblaciones para ir colonizando los diferentes ambientes que albergan la Tierra. Esto les ha permitido a los seres vivos contar con una gran variedad de formas de vida, como organismos acuáticos, terrestres, microscópicos, etc. Cabe recalcar que los organismos vivos, dependiendo del lugar en el que se encuentren, pueden expresar diferentes rasgos físicos, químicos, fisiológicos, metabólicos, etc., según su DNA, por lo que es propio asegurar que los factores ambientes determinan tus rasgos físicos.
Pero ¿qué sucede cuando organismos o poblaciones (de la misma especie) que habitan en espacios geográficos distantes se reproducen entre sí? ¿Qué ocurre cuando las poblaciones se aíslan de cualquier contacto con otra población de su misma especie? Y ¿qué pasa cuando una población se ve fragmentada por algún fenómeno físico?
Para empezar, cuando se reproducen organismos de diferentes poblaciones, se lleva a cabo un fenómeno conocido en biología como “flujo génico” (a menudo también llamado “migración”), en el cual los genes que hay en una población pasan a otra. Esto es de gran importancia para los organismos vivos, ya que a mayor cantidad de flujo génico entre poblaciones, más alta es la probabilidad de que cuenten con genes que les ayuden a soportar diferentes factores ambientales. Sin embargo, cuando existe demasiado flujo génico entre las mismas poblaciones, éstas terminan estancadas (debido a que ambas poblaciones ya cuentan con los mismos genes) y pierden esa “variabilidad genética” que les permite enfrentar diferentes adversidades de nuevos ambientes. Por otro lado, el flujo génico impide que las especies consoliden adaptaciones locales (organismos especializados en escenarios específicos).
Para los seres humanos, necesitar diferentes genes para confrontar los factores ambientales ya no es un problema debido a los avances tecnológicos. En cuanto al aislamiento de la población, existen diferentes fenómenos que pueden ocurrir. Entre ellos se encuentra que la población se diferencie de las demás y empiecen a ocurrir procesos evolutivos, como lo es la “especiación alopátrica” (uno de los diferentes tipos de especiación, que ocurre cuando una población se aísla de las demás de su misma especie), la cual permite el surgimiento de nuevas especies.
En el escenario de que una población se fragmente por algún fenómeno físico (fragmentación del hábitat por sucesos naturales o antropogénicos, la deriva continental en su momento, etc.), se pueden registrar diferentes resultados. Uno podría ser el efecto conocido como “cuello de botella”, que se presenta cuando una población se divide en dos y una de ellas cuenta con un número reducido de individuos. O simplemente cuando una población reduce en cuanto a su número de habitantes, siendo el resultado final (en algunos casos) la “deriva génica”. Debido a que los individuos de la población disminuyeron, la “variabilidad genética” (variación en sus genes) con la que cuenta es muy escasa, los individuos en algunas ocasiones no pueden enfrentarse a las condiciones del ambiente. Un ejemplo de cuello de botella es el caso de los guepardos: la gran reducción de ejemplares durante las glaciaciones del pleistoceno provocó que estos mamíferos perdieran su diversidad y por consiguiente esta especie es susceptible a contagiarse de enfermedades por cualquier otro ejemplar.
En conclusión, los procesos evolutivos son sucesos complejos que se ven influenciados de manera espacio-temporal (en un tiempo y en una zona geográfica específica). De igual manera, el flujo génico promueve la adquisición de diferentes genes, aunque su exceso hace que las poblaciones sean similares (genéticamente) entre sí. Por otro lado, el cuello de botella, la deriva génica y la endogamia (la cual se presenta en poblaciones pequeñas) promueven la diferenciación entre poblaciones.
Escrito por Carlos Josué Magaña
Fuentes
Barbadilla, A. (2012). Genética de Poblaciones. Universidad Autónoma de Barcelona. En: http://biologia. uab. es/divulgacio/genpob. html# factores, consultado, 27(10), 2012.
Eriksson, G. (2000). Genética evolutiva y conservación genética. Forest Systems, 9(4), 209-219.
O’Brien, S. J., Wildt, D. E., & Bush, M. (1990). El guepardo en peligro de extinción genética. Ciencias, 4, 40-47.
***
El estudio de los virus puede abrir una puerta hacia un mundo en el que varias interrogantes sobre la historia de la salud y de la vida humana pueden ser finalmente respondidas. Por eso deberías leer sobre cómo el semen humano alberga al menos 27 de ellos, incluidos los responsables de enfermedades como el zika y la chikungunya.