Mírate y mira el lugar en el que estás ahora y piensa lo siguiente:
Eres uno entre las 7 mil 550 millones de personas que habitan este mundo. Este planeta es sólo uno entre casi una decena del Sistema Solar. El Sistema Solar es uno entre los casi 445 sistemas solares de la Vía Láctea. Esa galaxia es sólo una entre las billones de galaxias que existen el en Universo. ¿Aun así te sientes único?
No es que podamos afirmar la existencia de vida en otros lugares del espacio, pero tampoco podemos negarla. Simplemente no hay manera de descubrir —hasta ahora— la verdad sobre ello con toda seguridad. No obstante, a lo largo de la historia de la humanidad existen episodios que nos hacen dudar sobre si estamos solos en toda la vastedad del cosmos. La siguiente historia es un claro ejemplo de eso:
27 de octubre de 1954. 10 mil espectadores en las gradas. Jugaba Fiorentina contra Pistoiese. Era un partido como cualquiera: malas palabras, el balón rodando y hombres encendidos desde el alma por el furor de su pasión deportiva. De un segundo a otro, todo fue silencio, la pelota se detuvo y hasta el aficionado más ebrio dejó de gritar. Un extraño platillo volaba en el cielo. Algo totalmente extraño, nunca antes visto. El partido terminó. Ahí estaba el estadio lleno, ignorando la cancha para mirar, perplejos, los objetos brillantes que volaban sobre sus cabezas.
[Ilustración de los testigos]
Para la BBC, Gigi Boni —uno de los testigos aún vivos—, narró el episodio: «se movían muy rápido y luego se detuvieron. Todo duró un par de minutos. Podría describirlos como unos tabacos cubanos. Me recordaron a estos tabacos por la forma en que lucían».
[Periódico en circulación, 1954]
Tenían una forma ovalada y larga, como si se tratara de discos largos. Lo más extraño del caso es que no sólo fueron vistos a la lejanía, sino que los extraños objetos comenzaron a deshacerse al paso de las horas, lanzando pedazos de sí al piso. Dicha sustancia –según los testigos— era una especie de algodón blanco que se evaporaba cuando entraba en contacto con la piel.
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La teoría de las arañas
La razón humana no acepta quedarse con dudas. Tampoco está dispuesta a aceptar que existen cosas que rebasan por completo su compresión. Este fenómeno se intentó explicar con la migración de las arañas.
Según los investigadores, los avistamientos de globos en el cielo eran producidos por el sol, que reflejaba enormes telarañas. Los arácnidos migran en el otoño, y eso explicaba que el cielo estuviera inundado de ellas. Sin embargo, cuando este material fue analizado, se encontraron extractos de silicona, boro, magnesio y calcio. Mientras que el producto viscoso de estos insectos está construido con proteínas y no podrían tener ni silicona ni boro.
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¿Qué fue lo que realmente pasó?
Nadie lo sabe todavía. Si bien no hay estudios serios que comprueben la existencia de visitantes alienígenas, no existe una explicación más plausible al respecto. Ningún objeto volador de entonces corresponde a lo visto y tampoco, nada se parece a la sustancia blanca que cayó al suelo.
[Montaje fotográfico]
Sobre la teoría de que se trató de un episodio de “histeria colectiva”, también se ha dicho mucho. El avistamiento de objetos aparecidos en otras partes de Florencia hacen dudar de esta suposición. No fueron diez, ni cien. Fueron miles de ciudadanos italianos quienes aseguraron ver estos extrañísimos discos volátiles. ¿Cómo explicarlo?
Sobre el Universo aún quedan muchas dudas. A pesar de que el tiempo pasa y las nuevas tecnologías avanzan de manera desconcertante, es todavía muy escaso el conocimiento que se tiene sobre los límites de esta realidad. Incluso, podríamos afirmar qué, entre más pretendemos acercarnos a las primeras respuestas, más lejos nos encontramos de ellas. Nadie sabe si existe o no vida en otro lugar que no sea éste. Hasta que eso pase es mejor permanecer escéptico y esperar a que haya pruebas mucho más contundentes al respecto.