Para alcanzar el nivel de entendimiento y conocimiento que actualmente tenemos en la medicina moderna, tuvimos que pasar por experimentos que no sólo son raros, sino que representan atrocidades o que se han aprovechado de poblaciones cautivas —tan sólo pensemos en los experimentos que se realizaron durante la ocupación nazi en la Segunda Guerra Mundial para comprender algunos de los fenómenos más intrincados del cuerpo humano.
Este tipo de experimentación por lo general trae a la luz los dilemas éticos en cuanto se trata del avance de la ciencia, en el que se pone en riesgo la vida de unos cuantos por el beneficio de otros miles. Sin embargo, existen otros experimentos que son menos controvertidos y caen en la categoría de absurdos, aunque algunos resultados han sido más que interesantes.
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Emborracharse o llamar por teléfono
En el 2006 se publicó un estudio en el que juntaron a 40 bebedores sociales y, utilizando un simulador de manejo, probaron sus habilidades cuatro veces. En cada vez, les pidieron manejar mientras sostenían un teléfono; utilizando el manos libres; estando legalmente borrachos y, finalmente, estando sobrios y sin distracción alguna.
¿Cuál fue el resultado? Demostraron que aquellas personas que hablaban por teléfono tenían más accidentes que estando alcoholizados o sobrios.
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Ropa interior mojada en el frío
Este experimento está en el límite de lo absurdo. En 1994, el estudio involucró a ocho hombres con ropa interior ya fuera mojada o seca, mientras permanecían en una sala fría por 1 hora. Los 4 hombres con ropa interior húmeda utilizaron diferentes prendas que variaban en grosor y tipo de tela. Ellos debían reportar cuán cómodos se sentían, cuánto temblaban o sudaban; al mismo tiempo monitoreaban la temperatura de su piel, la temperatura rectal y la pérdida de peso.
El resultado puede parecernos lógico: en condiciones en las que hace frío y hay mucha humedad, el grosor de la ropa interior importa mucho más que el tipo de tela, y, por supuesto, aquellos que utilizaban ropa interior mojada sintieron más frío que los que tenían calzones secos.
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Inyecciones de semen
Ya sea como broma o un consejo serio, más de una vez se ha intentado encontrar alguna aplicación para el semen, no obstante, este experimento es totalmente distinto. La inyección de semen ocurrió después de que una mujer desarrollara una reacción alérgica severa a las nueces de Brasil tras tener relaciones sexuales con su pareja. La inyección tan sólo probó que el remanente de las proteínas de las nueces en el semen le provocaron la reacción.
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Colocarse ácaros en los oídos
En 1993, Robert Lopez, llevó a cabo un experimento en el que tomó los ácaros que tanto molestan a los gatos y se los colocó en su propio oído. Erradicar la infección le tomó hasta un mes y sus principales síntomas fueron una comezón intensa provocada por la irritación. Lopez repitió el experimento otras dos veces, probando que sus síntomas disminuían cada vez, por lo que sospechó que estaba desarrollando cierta inmunidad a dichos ácaros.
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Sentarse en una habitación llena de humo de cigarro
Para muchos el olor a cigarro puede ser extremadamente repulsivo, tan sólo recordemos una campaña antitabaco del gobierno de México que utilizó como argumento para dejar de fumar a un chico rechazando a una mujer porque su cabello olía a cigarro —no sin ciertas críticas por parte de la audiencia—. Es por ello que unos científicos investigaron si olor que permanece en la ropa y cabello está relacionada con la cantidad de nicotina que el cuerpo absorbe, en especial después de una exposición larga al cigarro.
Los investigadores se sentaron en una habitación llena de humo de cigarro que provenía de una máquina durante 5 horas, algunos sólo en shorts y otros completamente vestidos. Tras la prueba encontraron que la piel de aquellos que no fuman puede absorber casi la misma nicotina que alguien que la está fumando, asimismo, toma varios días para que salga del cuerpo. Además, bañarse después y cambiarse de ropa inmediatamente podría disminuir la cantidad de nicotina que la piel absorbe.
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Besarse e intercambiar saliva
En el 2013 unos investigadores de Eslovaquia probaron que puede encontrarse el ADN de otra persona en la saliva hasta 1 hora después de una sesión intensa de besos. Para llegar a esa conclusión los investigadores le pidieron a 12 mujeres que se besaran con otras personas por lo menos 2 minutos. Después tomaron muestras de la saliva a los 5, 10, 30 y 60 minutos del encuentro. Este hallazgo podría contribuir para las investigaciones, pues tomar una muestra de saliva podría ser una gran evidencia.
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Dejar que una abeja lo picara
Michael Smith fue el encargado de esta investigación. Su objetivo era determinar una escala de dolor según el lugar de la picadura, por ello dejó que una abeja lo picara en 25 partes del cuerpo durante 38 días. Sus resultados determinan que las fosas nasales, el labio superior y el tronco del pene son las partes más dolorosas, mientras que la cabeza, el dedo medio del pie y el brazo son las menos dolorosas. No obstante, sus hallazgos no son determinantes para toda la población, pues Smith fue el único sujeto de prueba.
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¿Conoces otro experimento absurdo?
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