La fobia o miedo irracional a los payasos, se llama coulrofobia, viene del latín kolon que hace referencia a extremidad, o persona que anda en zancas. Los síntomas de esta fobia son graduales, de leves a moderados y finalmente graves, suele presentarse en la infancia y si no es bien tratada persistir hasta la edad adulta.
La coulrofobia esta relacionada con causas emocionales en el subconsciente de la persona, por lo tanto cada caso es único, sin embargo, la mayor parte de las personas afectadas por esta fobia vivieron anécdotas negativas relacionadas con un payaso. Desde algo tan cercano como una experiencia personal hasta algo más lejano como la referencias de los payasos creadas por los medios de comunicación.
La figura del payaso es usada frecuentemente en los medios debido al contraste que genera una figura asociada al entretenimiento y la diversión, y un sádico o un psicópata, para sorpresa del público.
Foto: Cine más comics
Los profesionales de la salud mental señalan que una de las principales causas de la coulrofobia se debe la desconfianza que genera la cara histriónicamente maquillada, que no deja ver la expresión facial auténtica, esto puede llegar a causarle miedo a un niño, del mismo modo en que algunos pequeños también temen a la figura Santa Claus con su prominente barba, anteojos y gorro.
Según el psiquiatra Steven Schlozman, de la Facultad de Medicina de Harvard, «Uno reconoce una sonrisa, y el cerebro registra que las sonrisas son en general buenas, pero uno no puede sonreír todo el tiempo, porque si no, hay algo que no anda bien. Creo que esto es similar a lo que ocurre con los payasos, ya que si no hay cambios en cómo luce la cara de alguien o en cómo actúan, resulta terrorífico».
Un estudio de la Universidad de Sheffield en 2008, con 250 niños de 4 a 16 años de edad divididos en grupos según sus edades, concluyó que todos los grupos sentían antipatía por los payasos. El objetivo del estudio era mejorar la decoración infantil de un hospital, y permitió ver que si las paredes de las salas estuvieran decoradas con ilustraciones de payasos podían causar inquietud y ansiedad en los pacientes.
Ilustración: PIxabay
Incluso el antropólogo Claude Lévi-Strauss explicó en La vía de las máscaras que la utilización de una mascara brinda la sensación de libertad: «El disfraz facial elimina de manera temporal el rostro de la interacción social. La cara es el órgano por medio del cual el ‘Yo’ y la sociedad llevan adelante la mayor parte de la comunicación de la que participan». Es decir, una persona que oculta su rostro puede actuar sin tapujos y sin restricciones, sin sufrir las consecuencias causadas por sus acciones.
A manera de conclusión, la coulrofobia surge porque no es posible conocer exactamente qué esconden el extravagante maquillaje y los desproporcionados rasgos faciales de los payasos. Estas características permiten a las personas personificadas de payasos adoptar una nueva identidad y no cumplir con ciertos patrones sociales.
En portada: It , Warner Bros
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