México es el séptimo país con mayor fuga de cerebros según la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE); de los 11.2 millones de migrantes, casi un millón de ellos tienen estudios de licenciatura y postgrado y, de acuerdo con la Academia Mexicana de Ciencias (ACM), 11 mil de estos poseen doctorado.
Las carreras de ingeniería son las más propensas a buscar oportunidad en el extranjero, algunas de la razones son que México no tiene la tecnología que países europeos o Estados Unidos poseen, los bajos salarios, el poco reconocimiento que México otorga y las pocas oportunidades de desarrollo que el país puede ofrecer.
La fuga de cerebros, también, indica que el sector de investigación en México es mucho menor de lo que en verdad podría ser. Las personas mejor preparadas buscan una oportunidad fuera del país en el que realizaron sus estudios y otros, incluso, salen de México para terminar sus estudios y no regresan.
Mientras algunas personas expresan sus deseos de estudiar competitivamente en Instituciones extranjeras para luego regresar y ayudar a la transformación de México, son muchos los que optan por buscar la forma de fijar su residencia y desarrollarse en otro lugar.