Una investigación reciente publicada en Nature, demostró que las mujeres en la ciencia aún se encuentran en desventaja, ya sea desde una menor paga inicial, hasta menos oportunidades para tener un laboratorio e incluso se enfrentan a menores apoyos económicos para desarrollar sus investigaciones.
Lo anterior es tan sólo un síntoma de un padecimiento serio de nuestra sociedad, en el que históricamente las ciencias han sido espacios de estudio y conocimiento reservados para los hombres; sin embargo, a pesar de las restricciones, con el tiempo hemos atestiguado cómo ciertas mujeres se han empeñado a incursionar en sus medios y probarse como algunas de las más destacadas, cambiando irremediablemente el curso de sus disciplinas. Éstas son algunas de ellas:
Karen Uhlenbeck
El nombre de Karen le ha dado la vuelta al mundo recientemente porque acaba de ser condecorada con el premio Abel, dedicado a las matemáticas y entendido por muchos como el Nobel de las matemáticas —aunque debes de saberlo, la Academia sueca no premia esta disciplina—. Uhlenbeck es la primera mujer en ganar el Abel gracias a sus grandes aportaciones en torno a la teoría del gauge y los sistemas integrales, así como las ecuaciones en derivadas parciales que entre otras aplicaciones, ayudan a describir el electromagnetismo o las formas del espacio.
Lee más: La primera mujer astrónoma que fue cruelmente asesinada por una turba de cristianos
Valentina Tereshkova
Conocida por ser la primera mujer cosmonauta, cuando la nave que piloteaba, la Vostok-6, entró en la órbita terrestre el 16 de junio de 1963. Antes de incursionar como astronauta, Valentina era una paracaidista amateur, lo cual fue importante para su selección como piloto de la misión espacial. Del mismo modo sus estudios en ingeniería, así como su incursión en la política la ayudaron a convertirse en la primera mujer en llegar al espacio exterior. Después de su carrera espacial, Tereshkova continuó laborando en la política e incluso se presentó como voluntaria para una misión a Marte, aunque no tuviera retorno.
Marie Tharp
El trabajo de Tharp como cartógrafa oceanográfica, así como geóloga, le valió ser recordada para la posteridad, dado que sus mapas sobre el suelo oceánico contaron con una gran cantidad de detalles, al grado que contribuyó a dar forma a la teoría de la deriva continental y por lo tanto al entendimiento de nuestro planeta.
Lee más: De salvajes a civilizados: la mujer que cambió el estereotipo de los aztecas
Vera Rubin
Así como Tereshkova, Rubin fue una pionera en relación con el espacio. Si bien ella no viajó al espacio exterior, sí lo analizó y estudió a profundidad, lo cual resultó en la demostración de la existencia de la materia oscura. Del mismo modo propuso que las galaxias se ordenaban en el universo como racimos en lugar de encontrarse de forma aleatoria. Ésta y otras teorías en su momento fueron rechazadas e incluso no encontró espacios dónde publicarlas; sin embargo, el tiempo y el avance tecnológico probarían que Rubin estaba postulando teorías innovadoras que explicaban la realidad.
Ada Lovelace
Nacida a principios del siglo XIX, Lovelace se desempeñó en matemáticas e informática, pues contribuyó al desarrollo de una calculadora. No obstante, más allá de sus aportaciones al desarrollo de este tipo de máquinas, se encontró entre sus notas el primer algoritmo, cuya finalidad era ser procesado por una máquina, haciéndose así del reconocimiento como la primera programadora de la historia.
Lee más: El peligro científico del machismo: “¿Por qué las mujeres son tan malas para la ciencia?”
Rosalind Franklin
Franklin es una de las mujeres que fue olímpicamente ignorada por la Academia sueca, en particular cuando su trabajo fue pieza clave para uno de los avances científicos que sí fue galardonado. Rosalind tomó lo que serían las primeras fotografías del ADN mediante rayos X y sus fotos mostrarían la figura helicoidal. Su investigación sería prácticamente robada por lo que años más tarde, a pesar de también tener artículos publicados al respecto, los únicos reconocidos por la labor sobre el ADN fueron Watson, Crick y Wilkins.
Te podría interesar:
Carmilla, el primer vampiro de la literatura fue mujer
15 grandes mujeres que cambiaron el arte pero no las conoces porque no son hombres
La mujer que descubrió el misterio más inquietante de las estrellas