¿Cuántos de ellos son como nosotros?
¿Quién sabe?
Esa es la belleza que no importa.
Almas de Metal (1973)
¿Cuántas veces te has sentido incapaz de evadir una proposición sexual en tu vida? Tu mente deja al descubierto la necesidad de una experiencia nueva y tal vez con resultados que pueden provocar una dudosa moral. Pero, ¿qué pasa si esa experiencia se da con un robot y no con un ser humano?
La famosa serie “Westworld” basada en la película “Almas de Metal”, es ahora la mayor referencia para mirar un futuro cercano en el que se tenga sexo con robots. Los hermanos Nolan y J.J Abrams, como productores, la describen como una “odisea oscura sobre los albores de la inteligencia artificial y el futuro del pecado”.
De esta manera, el distópico o, para algunos, utópico, futuro que predice el británico David Levy —una de las voces más destacadas y mediáticas de la inteligencia artificial— sobre los robots sexuales en el 2050, no es tan descabellado como parece, ya que se tiene pensado desarrollar robots con apariencia totalmente humana, de tamaño natural y con un tipo de cerebro inteligente.
Distintas compañías ya trabajan en la creación de la muñeca sexual con inteligencia, que sea capaz de discutir temas sobre literatura, música, ciencia e incluso realizar bromas para el usuario. La compañía líder del hiperrealismo RealDoll de Abyss Creations, se dedica a mejorar el prototipo de “Harmony” para que interactúe lo más naturalmente posible con el usuario.
En Cataluña también se alberga otro diseñador de robots llamado Sergi Santos, el cual es experto en nanotecnología e ingeniería informática, y reveló que las muñecas pueden crear una conexión romántica y convivir con la familia, aunque sólo estén diseñadas para tener relaciones sexuales.
Sergi desarrolló a “Samanta”, y compite por ser la primera versión con inteligencia artificial en comercializarse; se pretende que llegue al mercado con un precio entre los tres y cuatro mil euros.
Para una mayor experiencia “los clientes puede personalizar el tipo de robot que compran, seleccionar detalles como su altura, medidas de pecho, tipo de pelo o color de piel”.
Según el creador de “Samanta”, ha logrado que los robots, a través de sus sensores integrados, puedan sentir tacto y reaccionar para adaptarse a las demandas específicas del consumidor. Esto gracias al material “elastómero termoplástico” que trata, en su mayoría, de igualar la sensación de la piel humana. De modo que las muñecas pueden ser capacitas en tres niveles de dificultad, según Santos, los cuales permiten al robot mostrar sentimientos y llegar a un orgasmo.
La demanda del cliente siempre tendrá la última palabra. Pero un hecho es que la llegada de la inteligencia artificial en el sector sexual puede traer beneficios a la humanidad, en especial para las personas que sufren de aislamiento social o padecen alguna discapacidad, aunque también pueden provocar factores perjudiciales; aun así, sólo los humanos decidirán qué tan útil será tener un androide sexual. Lo cierto es que será un nuevo fenómeno en la industria pornográfica.
Y tú, ¿confundirías a una mujer real con un robot?
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¿Conoces al robot suicida? Esta es la advertencia de Elon Musk sobre el mayor riesgo que enfrentamos como civilización. Además, este es el dilema al que nos enfrentaremos si alteramos la genética para crear bebés perfectos.
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Fuentes
Alvaro, J. (2017). “Sex and love with robots: no longer science fiction”. Julio 16, 2017, de Equal Times.
Bykofky, S. (2017). “Sex robots are real — and they’re made in the U.S.A”. Julio 18, 2017, de Chicago Tribune.