Los násicos son una especie de monos endémicos de la isla de Borneo en Malasia, al sureste de Asia, especialmente conocidos por su enorme nariz, que para muchos resulta grotesca y poco estética. En distintas ocasiones se han ganado el título popular de los “monos más feos del mundo”; sin embargo, poseen una estructura social compleja que los hace competir a la vanguardia por la distinción de los mamíferos más inteligentes.
Algunas hipótesis sobre su enorme nariz característica apuntaban a que ésta tiene una estrecha relación con su reproducción; sin embargo, es la primera vez que un estudio científico descubre pistas sobre su desarrollo evolutivo y uso en la actualidad.
«Los rasgos masculinos exagerados pueden haber evolucionado como un rasgo de la selección sexual. Ésta no es una excepción para los linajes de primates, incluidos los humanos. Los machos de varias especies de primates tienen prominentes adornos morfológicos con marcado dimorfismo sexual», afirma el estudio.
Según Hiroki Koda, especialista en investigación sobre primates de la Universidad de Tokio, existe una relación directa entre el tamaño de la nariz de los násicos y su capacidad reproductiva. Los machos que poseen una nariz más prominente y alargada no sólo son más atractivos para sus contrapartes femeninas, también son los más aptos para reproducirse.
«Nuestros resultados indican que las narices alargadas de los násicos funcionan como una señal que ayuda a las hembras a elegir un compañero para reproducirse».
Los científicos confirmaron que los ejemplares con estas características son de mayor tamaño (especialmente los testículos) y ostentan mayor fuerza que los de una nariz más pequeña. No sólo eso: también pueden emitir vocalizaciones de mayor volumen, una ventaja definitiva en su hábitat natural para atraer a las hembras.
«Esto sugiere que una nariz alargada es un predictor confiable de jerarquía social y un alto número de espermas».
La nariz alargada funciona como una “medalla” que otorga status no sólo ante las hembras, también ante otros machos y posiblemente evita peleas que pueden terminar en encuentros fatales, señalando quiénes son los machos dominantes y ahorrando las confrontaciones con otros especímenes.
Al mismo tiempo, esta característica funciona en el sentido inverso, como un proceso de selección natural que provee la reproducción a través de la discriminación entre parejas sexuales: los machos con narices prominentes resultan más atractivos para las hembras y se reproducen más que los de narices pequeñas, afianzando esta característica a través de miles de años de evolución, dando como resultado ejemplares cada vez más narigudos.
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