La peligrosa razón por la que no debes dejar que tu perro te lama tu cara

La peligrosa razón por la que no debes dejar que tu perro te lama tu cara

La peligrosa razón por la que no debes dejar que tu perro te lama tu cara

Por mucho tiempo se creyó que si tu perro se acercaba a una herida, por muy pequeña que fuera, como un raspón o una diminuta cortadura, y le lamía, era benéfico para tu recuperación. Asimismo, por generaciones hemos pensado que esta preocupación animal devenida en cuidado arcaico era, si no de ayuda, un gesto tierno y meramente emocional hacia nosotros. Pero, aún cuando esa respuesta pueda guardar un trasfondo de comunidad o “manada” con tu mascota –no intentes humanizarlo diciendo que su lamida es un acto de preocupación–, lo cierto es que ésta no tiene nada de bueno para ti.

Ni siquiera cuando lame tu rostro en señal de gusto o satisfacción por tenerte cerca. Mucho menos si es que acostumbras que lama tus labios, estableciendo con tu animal de compañía ese trato de “besitos” y “cariños” como si se tratara de un hijo o algún otro humano. Sí, tu perro es parte de la familia, pero no llegues a extremos ridículos que rayen en lo insalubre.

Justo por permitir este tipo de comportamientos, Greg Manteuffel, un hombre de 48 años de Wisconsin, contrajo recientemente una rara infección en la sangre y que provocó la amputación de sus piernas y partes de sus brazos, gracias a una bacteria propia de los caninos y que es devastadora para los humanos.

¿El motivo?

No fue un mordisco ni un intercambio de fluidos complejo con su mascota, sino una insignificante y tierna lamida de éste. Siempre nos cuidamos de la rabia o de los desechos de nuestros perros, pero solemos desestimar su saliva, misma que cuenta con un gran potencial para propagar Capnocytophaga , una bacteria que se encuentra hasta en un 74 por ciento dentro de la saliva de los perros.

El señor Manteuffel, conocido por tener una gran cantidad de perros y demostrar siempre un buen afecto con ellos, acostumbraba a que estos le lamieran el rostro o lo “saludaran” afectuosamente en todo momento. Exponiéndose a que esta bacteria que, diseminándose, puede llegar al torrente sanguíneo y causar infecciones en diversas partes del cuerpo; incluida una infección en la sangre conocida como sepsis.

Los síntomas

Cuando la capnocytophaga se afianza, causa ampollas, fiebre y problemas estomacales. En condiciones avanzadas: una sepsis que paulatinamente traerá inflamación y fallas orgánicas. En el caso de Manteuffel, ésta causó una caída crítica en la presión arterial y la circulación.

La sintomatología llega de 3 a 5 días después de la infección con enrojecimientos, hinchazones, diarrea, dolor de cabeza, vómito y dolor muscular y articular.

En una situación crítica como la de Manteuffel, la infección llevó a la muerte de tejido y requirió la amputación de ciertas partes de su cuerpo para salvarse.

La conclusión

Aunque la Dra. Silvia Muñoz-Price, especialista en enfermedades infecciosas de Froedtert y el Colegio Médico de Wisconsin, haya dicho que «más del 99 por ciento de las personas que tienen perros nunca tendrán este problema y esto es sólo una casualidad», no debemos desestimar la probabilidad. Cuando menos se espera, cualquiera puede ser ese uno por ciento en vulnerabilidad.

En esto no hay culpas, mucho menos en nuestras mascotas, pero demuestra que sí debemos modificar nuestros comportamientos con nuestros animales de compañía. Tenemos demasiadas maneras de demostrarles afecto y definitivamente éstas no implican besarlos en el hocico o compartir saliva durante pequeños arrumacos; de hecho, ese cuidado y protección que profesamos hacia ellos conlleva no exagerar nuestros mimos y cuidar de nuestra salud para seguir al tanto de su bienestar.

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